martes, 15 de mayo de 2018

PADRES NO ESTÁN OBLIGADOS A COSTEAR SEGUNDA CARRERA PROFESIONAL DE HIJOS


Teniendo en cuenta que los 25 años de edad son solo un parámetro para establecer si se conserva o no el deber de suministro de alimentos a los descendientes, los padres de hijos mayores de edad no están obligados a costearles una segunda carrera cuando los jóvenes ya son profesionales y pueden atender su propia manutención y sostenimiento.

Así lo dejó claro la Corte Suprema de Justicia, al negar una acción de tutela mediante la cual un administrador de empresas de 24 años de edad, graduado a los 20 en una prestigiosa universidad del país, pretendía que un juez de familia de Bogotá ordenará al padre que le siguiera pagando la carrera de música.

En decisión mayoritaria, la Sala de Casación Civil concluyó que, independientemente de la edad, el joven ya cuenta con una preparación académica que le permite procurar su ubicación laboral y con ello la obtención de los recursos económicos para sostenerse y, de paso, sufragar los demás estudios que puedan resultar afines y tiendan a mejorar su competitividad profesional, o de aquellos que a bien tenga adelantar por gusto o mera satisfacción personal, sin que para ello requiera dependencia de su progenitor.

A juicio de la Corte, el límite temporal de los 25 años, para la obligación de alimentos respecto a los hijos mayores de edad que cursan estudios superiores, mantiene vigencia en la medida en que solo corresponde a un parámetro para establecer si se conserva o no el deber del padre, pues en dichos eventos es necesario que el juez de conocimiento evalúe con detenimiento elementos preponderantes, tales como la capacidad económica del alimentante y la necesidad del alimentario.

En este caso, “culminados exitosamente los estudios superiores en administración de empresas, el accionante obtuvo el correspondiente título profesional el 21 de marzo de 2014, mientras que su segunda carrera, esta vez en música, al haberla iniciado en el primer semestre de 2013, sería terminada totalmente en el segundo semestre de 2018. De ahí que quede desvirtuada su aseveración en el sentido de que, por mantenerse copado su horario, se le ha imposibilitado ejercer alguna jornada laboral”, concluyó la Sala.
LA HISTORIA DEL PADRE QUE RESCATÓ A SU HIJA DE UNA RED DE PROXENETAS


Tres días después de la desaparición inexplicable de su hija de 13 años, a quien vio por última vez el lunes 7 de mayo cuando la montó en el bus que la llevaría al colegio a las 6 de la mañana, un padre de familia encontró en Facebook la ruta que lo llevó a rescatarla de una red de trata de personas.

El drama para este hombre comenzó el lunes por la noche, cuando la joven no llegó a su casa. “Empezamos a buscar en redes sociales, en WhatsApp, en Facebook, a las amigas”, cuenta el padre que, en esa búsqueda, se encontró con una sorpresa: “seguimos a una compañera de clases sobre la cual sospechábamos y empezamos a ver que tenía publicaciones, que ofrecía su cuerpo y que hacía fotos muy sugestivas en ropa interior”. Ofrecían niñas para servicios sexuales. “¿Qué vamos a hacer hoy con una amiguita?”, decía uno de los mensajes.

El corazón de este padre de familia le avisó que algo malo pasaba con su hija y que la amiga del Facebook tenía la clave de su paradero. Mantuvo su seguimiento el martes, y en la noche observó una publicación con el ofrecimiento de drogas y ácido. El miércoles apareció una luz: un número telefónico en la página que estaban siguiendo.

Sin dudarlo, marcó el número y una joven le informó que el servicio le costaba 200. “Me dice que tiene una amiguita nueva y me cita en la calle 22 con carrera 14 en una esquina donde hay una bomba de gasolina”.

Esa esquina está en el barrio Santa Fe, de la localidad de Los Mártires, en el centro de Bogotá. Es la llamada zona de tolerancia o de servicios de alto impacto que se declaró en el 2002 en el gobierno del exalcalde Antanas Mockus.

A las 9 de la noche, el angustiado padre llega a un callejón oscuro y ve salir a dos niñas, entre las que identificó a su hija, vestida con minifalda, camisa y medias negras. Una ropa que ella no usaba. “Me puse nervioso y me escondo; espero a que me den la espalda, pero se iban a subir a un taxi y entonces las cogí con la mano, abrazo a mi hija, y en ese momento salen tres tipos”. Sin dudarlo, el hombre coge a su hija, la mete en la camioneta en la que llegó al lugar y se aleja, mientras los hombres profieren insultos.

“Su carita era irreconocible. Sus ojos eran unos pimpones, me imagino que lloró demasiado. Le habían quitado el celular, su uniforme, su sudadera”, cuenta el padre y agrega que la llevaron a Medicina Legal, al hospital Santa Clara, “donde nos han dicho que fue drogada. Ni siquiera hablaba”.

Aunque la niña no ha contado mayores detalles, le contó a su familia que una amiga la invitó a los “encuentros”, y que le ofrecieron dinero y que no iba a tener necesidad de estudiar. 

La familia de esta adolescente no entiende cómo cayó en las garras de la organización que la secuestró. “Ella es de casa, nunca le ha faltado nada”, sostiene el abuelo. El progenitor va más allá, dice que la organización que la tenía es liderada por una mujer y que allí drogan a las niñas para explotarlas sexualmente. “En esas conversaciones que yo tuve con esa niña que me la tenía secuestrada hace ofrecimiento de ácidos, de perico (cocaína), de cantidad de drogas”, comenta.

La Fiscalía inició una investigación de oficio para determinar qué está pasando en la zona de tolerancia de Bogotá y si en efecto la víctima hizo parte de una red. 

Por su parte, la Policía de Infancia y Adolescencia anunció que apoya el caso.

“La conducta punible que se resalta en este caso es proxenetismo con menor de edad con circunstancia de agravación por tratarse de una niña”, señaló el abogado del caso Gildardo Acosta. 

Según el Distrito, unas 86 personas han hecho parte de la ruta de atención y prevención de la Secretaría de Gobierno por el delito de trata de personas; 75 de ellas han sido mujeres. La mayoría de casos atendidos, unos 58, fueron por explotación sexual.

Del total de casos atendidos desde el 2016 (86), la mayoría son víctimas de nacionalidad colombiana (45), seguido de personas de nacionalidad venezolana (8) y Costa Rica (2).

Tomada de: El Tiempo
6 AÑOS DE LA FIRMA DEL TLC 


Hoy, se cumple seis años del "Acuerdo de promoción comercial entre la República de Colombia y los Estados Unidos de América", luego de que mediante el decreto 993 del 15 de mayo de 2012 se culminara el proceso y entrará en vigor el tratado.

Esté fue firmado durante el gobierno del presidente Juan Manuel Santos argumentando la búsqueda de un crecimiento económico para el país y nuevas oportunidades de mercado para todos los productos nacionales.

Según el Estado, el sector Automotriz, los medicamentos, los materiales de construcción y los alimentos frescos son los sectores que han tenido mayores beneficios por mejores condiciones de acceso, menores impuestos y una oportunidad de expansión en el mercado.

Carlos Andrés Pérez, Jefe de Estudios Económicos y de Competitividad de la Cámara de Comercio, resaltó que en los seis años del TLC con Estados Unidos hay varios puntos a destacar. Por ejemplo, dijo que entre 2012 y 2018, EE.UU. pasó de ser el cuarto socio comercial a ocupar la primera posición. 

Hace 6 años, el 9,6 % de las exportaciones del departamento tenían como destino el mercado de Estados Unidos y en 2017 esa cifra llegó a 18,9 %. “Debe destacarse además que el nodo portuario de Buenaventura es el más importante para el país en materia de exportaciones no minero energéticas hacia EE.UU. desde Colombia, posición en la que se ha consolidado desde la implementación del TLC entre ambos países”.
VARGAS LLERAS DENUNCIA PRESIÓN POR VOTOS EN TUMACO


En un evento de campaña, el candidato a la presidencia Germán Vargas Lleras denunció que las disidencias de las Farc estarían ejerciendo presión para que algunas personas voten a favor de uno de los candidatos. Aunque el aspirante presidencial no dijo de quien se trata, pidió a las autoridades tomar medidas en el asunto. 

En Tumaco, Vargas Lleras acusó a alias ‘Guacho’ y alias ‘David’, disidentes de las Farc, de presionar a habitantes de este municipio para que voten por un candidato presidencial. El hecho fue calificado como de “suma gravedad”, por lo que no puede estar al margen de las entidades de control.

“Denuncia la población de Tumaco que alias Guacho y alias David están presionando a la gente para votar por determinado candidato. Mi llamado a las autoridades y al General Óscar Naranjo, que han estado pendientes de esta zona del país, para que no permitan que esta situación ocurra. Es un hecho de suma gravedad”, afirmó Vargas Lleras.

Al parecer, el candidato fue informado de esta situación por los habitantes de Tumaco y consideró necesario desplegar el número de miembros de nuestras las Fuerzas Militares para garantizar transparencia en las elecciones del próximo 27 de mayo, además de devolverle la tranquilidad al Pacífico Colombiano.

“Este es mi mensaje para las disidencias de Las Farc y el señor Guacho: Los vamos a perseguir por aire, tierra y mar. Tumaco no puede seguir siendo objeto de los atentados que han dejado a la población en cuatro ocasiones sin el servicio de energía en las últimas semanas”, advirtió Vargas Lleras.

El candidato aprovechó para abrir paso a sus propuestas y establecer un compromiso con los habitantes del municipio portuario, dirigido principalmente a recuperar la seguridad del municipio, alejando el microtráfico de los jóvenes de esta región del país y ponerlos a disposición del estudio, el deporte y las oportunidades laborales.

Tomada de: msn noticias
TODO SOBRE LA RESTITUCIÓN DE TIERRAS


Los próximos 24 y 25 de mayo se llevarán a cabo en la Universidad Externado de Colombia las III Jornadas Internacionales en Derecho de Tierras, cuyo tema central girará en torno al proceso para la restitución de tierras despojadas y abandonadas.

Uno de los procesos estratégicos alrededor de la consolidación de la paz en Colombia es la restitución de tierras despojadas y abandonadas tras décadas de conflicto.

La implementación de la Ley 1448 de 2011 (Ley de Víctimas y Restitución de Tierras), por la cual se dictan medidas de atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto armado interno y se dictan otras disposiciones, constituyó un reto institucional, administrativo, económico y social para el país. Y entre sus muchos decretos reglamentarios figura el que se refiere a la restitución de tierras como parte fundamental para consolidar la paz.

Luego de seis años de su expedición, el proceso se adelanta con base en el respeto y la garantía del derecho de propiedad, el desarrollo productivo de la tierra y las relaciones de posesión y ocupación.

En este contexto, el Departamento de Derecho del Medio Ambiente de la Universidad Externado de Colombia ha desarrollado un programa académico dividido en tres ejes fundamentales: el primero, la propiedad y tenencia de la tierra; el segundo, la restitución de tierras; y, por último, la productividad del sector agropecuario.

Este tema, clave para el desarrollo del país en los próximos años, será el eje de las III Jornadas Internacionales en Derecho de Tierras, evento que se realizará los próximos 24 y 25 de mayo de 2018 en la Universidad Externado de Colombia.

Las jornadas están dirigidas a profesionales en Derecho, Economía y carreras afines, interesados en hacer parte de la nueva institucionalidad para el desarrollo rural y del postconflicto, así como a quienes deseen conocer los retos y las perspectivas de la nueva ruralidad colombiana.

Tomada de: Semana
COLOMBIA CELEBRA EL 15 DE MAYO EL DÍA DEL MAESTRO


El 15 de Mayo de 1950 fue proclamado San Juan Bautista de La Salle como patrono de los educadores por parte del Papa Pío XII, por lo que ese mismo año, la Presidencia de la República declaró a esta fecha como el Día del Maestro en Colombia.

Si pensamos en quién es un maestro, podemos acudir a la definición textual emitida por la Real Academia de la Lengua Española que define al maestro como aquella persona que enseña una ciencia, arte u oficio, o tiene el título para hacerlo; pero también podemos recordar a aquellas personas que en el transcurso de la vida pueden transformar la manera de ver nuestro mundo y nuestra realidad.

Por ejemplo, cómo no recordar a la primera maestra que nos enseñó a leer y escribir en las cartillas Coquito o Nacho lee. Al profesor de matemáticas, la profesora de español, el profe de religión y al inolvidable profesor de educación física; al coordinador de disciplina, al rector o a los profesor de filosofía, biología, cálculo, dibujo, artes, música, trigonometría, etc. que marcarían de una vez y para siempre nuestro camino en la vida.

El 15 de mayo es la fecha que nos permite reconocerles su trabajo, entrega y sacrificio. El día del maestro se reconocen los logros de esa labor que se enfrenta a los constantes cambios y avances de la ciencia y a una sociedad con retos cada vez mayores que les exige innovar y luchar para formar personas educadas y de bien, siempre anteponiendo la vocación contra toda adversidad.

Por eso durante esta semana reconoceremos la importante labor de los maestros de Colombia.
LA EXPOSICIÓN QUE MUESTRA LA HISTORIA DEL VALLENATO


Desde el jueves pasado, un palo de mango realizado en madera adorna el hall principal de la Biblioteca Nacional, en el centro de Bogotá. A su alrededor, en un espacio normalmente dedicado a la solemnidad de los libros y la literatura, hay acordeones, guacharacas, cajas, fotos de cantantes o juglares y carátulas de discos. Como si fuera poco, el silencio característico dio paso a un sonido nada común para una biblioteca: el vallenato.

Se trata de La hamaca grande, una exposición que cuenta la historia de ese ritmo musical tradicional de la costa caribe de Colombia –más específicamente de la región del Magdalena Grande–, un símbolo de la cultura nacional que, en muchas ocasiones, representa al país ante el mundo. Tanto es así que en 2015 la Unesco lo declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Lo cierto es que el vallenato, más allá de ser música popular, viene de una tradición narrativa y literaria importante: los juglares que recorrían los pueblos del Caribe cantando las noticias e historias que encontraban por el camino. No por nada el propio Gabriel García Márquez dijo alguna vez que Cien años de soledad era un vallenato de 350 páginas. Esa relación entre literatura y música llevó a Consuelo Gaitán, directora de la Biblioteca Nacional, a impulsar la exposición: “Uno de los papeles que cumple una biblioteca es divulgar las expresiones de la cultura escrita y oral de su país. Y más allá de lo que el vallenato tradicional representa a nivel cultural, no solo en la región Caribe, sino en todo el país, llama la atención la narrativa de sus canciones, y eso lo reconoce la declaración de la Unesco”.

La filosofía de la muestra, de hecho, tiene que ver con esa declaración. Para la Unesco, el vallenato tradicional está en riesgo, por lo que también le declaró una medida de salvaguardia urgente. Es decir, el gobierno debe adelantar acciones que garanticen que las costumbres y los sonidos ligados al vallenato tradicional no mueran. Por eso, la exposición parte de dos preguntas: ¿cuál es el patrimonio que hay que salvaguardar? y ¿por qué?

El curador, el escritor Alonso Sánchez Baute, lleva un año investigando la historia del vallenato. No solo ha consultado expertos, historiadores y folclorólogos, sino que ha revisado fuentes documentales o investigaciones previas de personajes como Jorge Nieves Oviedo, Joaquín Viloria de la Hoz, Egberto Bermúdez o Alberto Salcedo Ramos –con sus crónicas dedicadas a personajes del vallenato–. De ese modo ha recopilado una muestra que, por medio de documentos, objetos, fotografías, material audiovisual y sonidos, cuenta la historia del género musical desde sus orígenes hasta los músicos famosos a mediados de los años noventa, como Carlos Vives. Además de destacar a los grandes compositores, músicos, cantantes y gestores, también incluye la historia del acordeón, una muestra de los cuatro aires tradicionales del vallenato (paseo, merengue, puya y son), la discografía más importante del género y un panel que destaca el papel del Festival de la Leyenda Vallenata, realizado anualmente en Valledupar, y de los otros cerca de 300 festivales que celebran otras ciudades de Colombia. En uno de los salones, además, hay un homenaje audiovisual y sonoro a Alejo Durán, pues en febrero del próximo año se cumple el centenario de su nacimiento.

Mientras hacía la investigación, Sánchez encontró algunos datos que contradicen los mitos y las historias tradicionales sobre los orígenes del vallenato. El primero es que el acordeón llegó de Alemania y entró por Riohacha a mediados de 1850: “Eso lo dicen porque la marca de los acordeones del vallenato es Hohner, alemana –dice el escritor–. Pero al investigar me di cuenta de que esa fábrica nació en 1856 y empezó haciendo armónicas. Solo produjeron acordeones desde 1865. En ese momento, de hecho, ya había acordeones franceses y austriacos en el mercado”. Además, los documentos de la aduana de la época muestran que entre 1869 y 1872 entraron a Colombia 631 instrumentos por Sabanilla (Atlántico), 321 por Cúcuta, 33 por Riohacha y 6 por Cartagena. “Puede que el primero sí haya llegado a Riohacha por contrabando, y que sea alemán, pero nada lo comprueba”, añade.

También desvirtuó el mito de que los tres instrumentos principales del vallenato muestran los tres pueblos que conforman la cultura colombiana: los europeos (con el acordeón), los indígenas (con la guacharaca) y los negros (con la caja). Sánchez dice que, al contrario de la creencia popular, la guacharaca viene de Angola. “Los instrumentos realmente indígenas –explica– son las maracas, la flauta y el carrizo, que viene a ser una especie de gaita. El vallenato, en realidad, se hacía al comienzo con carrizo y también con guitarras, no solo acordeones”.

Más allá de esos nuevos datos, la muestra tiene otras miradas no tan comunes sobre la historia del vallenato: su relación con el merengue dominicano y el son cubano, que en sus inicios también se hacían con caja, guacharaca y acordeón; su relevancia nacional, pues aunque tiene su cuna en el territorio de Cesar, La Guajira y parte del Magdalena, es innegable que el género hoy es vital para todo el país –Julián Mojica, el último rey vallenato, es de Boyacá– ; y su historia vista desde las mujeres. No solo en materia musical, con personajes como Jenny Cabello, sino desde la gestión, con la inolvidable Consuelo Araújo Noguera.

La exposición, que va hasta noviembre, también tiene un espacio académico para pensar el vallenato con charlas magistrales, conferencias, conversatorios y proyecciones de películas, como Los viajes del viento, de Ciro Guerra. Por allí pasarán personajes como Salcedo Ramos, Rodolfo Quintana, Joaquín Viloria, Adolfo Pacheco (considerado el último juglar), Ariel Castillo Mier y Joaquín Nieves Oviedo. Todo para dejar en claro la importancia histórica y patrimonial del vallenato, y contribuir a su conservación.

Tomada de: Semana