CIDH PIDE A "FUNCIONARIOS" DE EEUU QUE CONDENEN INEQUÍVOCAMENTE EL RACISMO
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidió a los "funcionarios electos" de Estados Unidos que condenen "inequívocamente" el racismo tras la violencia en una marcha supremacista en Charlottesville (Virginia) el sábado.
"La Comisión insta a los funcionarios públicos de los Estados Unidos a condenar inequívocamente la intolerancia y el odio racial, y a reconocer el papel que desempeña esa discriminación en la contribución a la violencia contra personas afroamericanas, inmigrantes, personas indígenas y comunidades minoritarias de todo el país", indicó la CIDH en un comunicado.
"Los funcionarios electos -prosigue la nota- y otros funcionarios públicos, en particular, tienen el deber de garantizar que sus declaraciones respeten los estándares, principios fundamentales y normas de derechos humanos, incluso los principios de igualdad y no discriminación".
La nota de la comisión no hace ninguna referencia directa al presidente de EE.UU., Donald Trump, pero su pronunciamiento llega en un momento de fuertes críticas al mandatario por su tibieza y ambigüedad respecto al supremacismo blanco en sus declaraciones sobre Charlottesville.
La reacción de Trump, condenando la violencia y el odio en "muchos lados", desató una ola de rechazo, incluso de republicanos y empresarios, que el presidente avivó el martes reiterando esa postura y diciendo que en la concentración supremacista también había "gente muy buena".
La marcha, en la que hubo signos y cánticos nazis, terminó en tragedia cuando un supremacista arrolló con su automóvil una contramanifestación antifascista, matando a una joven e hiriendo a 20 personas.
La CIDH "condena enérgicamente las manifestaciones de odio racial y xenofobia y el uso de la violencia en la manifestación nacionalista blanca" e "insta el Estado a adoptar medidas de alcance amplio para investigar estos eventos, prevenir su repetición y fortalecer las medidas de protección contra la discriminación, el odio, y la violencia".
"El Estado debe adoptar medidas para garantizar que los símbolos y acciones que representan creencias, conductas y el lenguaje denigrante usados en distintos momentos de su historia, como las leyes (de segregación racial) de Jim Crow y los linchamientos, no se usen para fomentar la violencia contra ningún ser humano", indicó la relatora de la CIDH para EE.UU. y Asuntos de Discriminación Racial, Margarette May Macaulay.
La CIDH aprovecha su nota para instar una vez más a EE.UU. a ratificar instrumentos regionales como la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia, y la Convención Interamericana contra Toda Forma de Discriminación e Intolerancia.
La CIDH es un órgano autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), ambas con sede en Washington, cuyo mandato es promover los derechos humanos en la región.
"La Comisión insta a los funcionarios públicos de los Estados Unidos a condenar inequívocamente la intolerancia y el odio racial, y a reconocer el papel que desempeña esa discriminación en la contribución a la violencia contra personas afroamericanas, inmigrantes, personas indígenas y comunidades minoritarias de todo el país", indicó la CIDH en un comunicado.
"Los funcionarios electos -prosigue la nota- y otros funcionarios públicos, en particular, tienen el deber de garantizar que sus declaraciones respeten los estándares, principios fundamentales y normas de derechos humanos, incluso los principios de igualdad y no discriminación".
La nota de la comisión no hace ninguna referencia directa al presidente de EE.UU., Donald Trump, pero su pronunciamiento llega en un momento de fuertes críticas al mandatario por su tibieza y ambigüedad respecto al supremacismo blanco en sus declaraciones sobre Charlottesville.
La reacción de Trump, condenando la violencia y el odio en "muchos lados", desató una ola de rechazo, incluso de republicanos y empresarios, que el presidente avivó el martes reiterando esa postura y diciendo que en la concentración supremacista también había "gente muy buena".
La marcha, en la que hubo signos y cánticos nazis, terminó en tragedia cuando un supremacista arrolló con su automóvil una contramanifestación antifascista, matando a una joven e hiriendo a 20 personas.
La CIDH "condena enérgicamente las manifestaciones de odio racial y xenofobia y el uso de la violencia en la manifestación nacionalista blanca" e "insta el Estado a adoptar medidas de alcance amplio para investigar estos eventos, prevenir su repetición y fortalecer las medidas de protección contra la discriminación, el odio, y la violencia".
"El Estado debe adoptar medidas para garantizar que los símbolos y acciones que representan creencias, conductas y el lenguaje denigrante usados en distintos momentos de su historia, como las leyes (de segregación racial) de Jim Crow y los linchamientos, no se usen para fomentar la violencia contra ningún ser humano", indicó la relatora de la CIDH para EE.UU. y Asuntos de Discriminación Racial, Margarette May Macaulay.
La CIDH aprovecha su nota para instar una vez más a EE.UU. a ratificar instrumentos regionales como la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia, y la Convención Interamericana contra Toda Forma de Discriminación e Intolerancia.
La CIDH es un órgano autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), ambas con sede en Washington, cuyo mandato es promover los derechos humanos en la región.