ALGO HUELE MAL EN LA INSÓLITA LIBERACIÓN DE ALIAS PUNTILLA
Anda por la vida con el alias de el Gorgojo. Y aunque es un experimentado sicario con varias víctimas a cuestas, dice que siempre está nervioso al momento de matar. Sin embargo, eso no ha sido un problema para quitarles la vida a sus víctimas.
“Él estaba sentado con dos muchachas, la orden era matar a ese señor y a las dos muchachas. Yo tomé la decisión de solo matar al señor, a las muchachas no les hice nada gracias a Dios. Maté al señor que me dijeron y después resulté involucrado por no matar a esas dos muchachas…”. De este modo Gorgojo les contó a las autoridades cómo había asesinado a un ganadero, siguiendo instrucciones de Mauricio Pachón, alias Puntilla. “Me iban a dar 70 millones y me salieron con 4”, contó el asesino.
Gorgojo también le hizo a la Justicia este otro relato sobre la forma cómo mató a un rival de sus jefes, un capo conocido con el alias de Pollo, a plena luz del día en un centro comercial del occidente de Bogotá. “El muchacho que entró conmigo se le pegó al escolta y yo me le pegué al señor. Pero a mí la pistola no me funcionó, no reventó ni un tiro. Por más que le sacara tiros no me reventaban. Entonces yo le pegué un grito al muchacho que entró conmigo, que me ayudara. Con el arma que él tenía le pegó un tiro en el pecho, el señor cayó recostado contra la pared y le pegamos como tres cachazos cada uno. Cuando le rajamos la cabeza al man y ahí salimos a la huida y las motos nos estaban esperando”.
Este hombre aceptó los anteriores y otros muchos crímenes cuando la Policía lo capturó hace más de dos años. Confesó muchas otras muertes y señaló a sus cómplices y jefes, entre los que mencionó que un tal Ómar Vásquez le pagaba y designaba a sus víctimas. En sus declaraciones también indicó que alias Puntilla, a quien señaló de ser el jefe de todos, ordenó los asesinatos.
Mauricio Pachón, Puntilla, tuvo durante varios años a las autoridades antinarcóticos tras él. Lo consideraban uno de los últimos grandes capos y el reemplazo de Daniel ‘el Loco’ Barrera, extraditado en 2012. Con varios procesos penales en su contra, Puntilla cayó en manos de las autoridades en abril de 2016, en uno de los grandes éxitos recientes de la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, la alegría de los agentes antidrogas de Colombia y Estados Unidos por tener a este hombre recluido en la cárcel de Cómbita terminó convertida en una gran frustración.
A mediados de abril de este año, gracias a una serie de extrañas dilaciones de los fiscales que llevan su caso, Puntilla solicitó su libertad. Iba a cumplir un año detenido y, en un hecho incomprensible, la Fiscalía nunca lo llevó a juicio por los procesos de homicidio, concierto y tráfico de narcóticos que había en su contra. Y en no pocas oportunidades los fiscales no iban ni siquiera a las audiencias. Por eso, un juez ordenó su libertad.
Cuando Puntilla salió del penal de máxima seguridad, a pocos metros del establecimiento, la Policía de nuevo lo detuvo porque tenía otros procesos por tráfico de armas y desaparición forzada. Parecía haber impedido que regresara a las calles. Sin embargo, otro juez ordenó nuevamente dejarlo en libertad con el argumento de que el procedimiento por medio del cual lo notificaron del nuevo proceso tuvo fallas.
Según el togado, las autoridades tenían que informarle al capo de este requerimiento dentro del penal, y gracias a esa argucia Puntilla quedó libre. Unas horas después otro juez libró una nueva orden de captura, pero ya era tarde. El capo había huido y desde entonces las autoridades lo están buscando nuevamente.
En esa búsqueda han detenido a algunos de los socios que hizo en esa breve temporada en la cárcel, como el caso de alias Richard, un capo del Clan del Golfo con quien compartió celda en Cómbita. Tras un año tras las rejas, este hombre recuperó su libertad en enero de este año y se instaló en los Llanos donde se alió con los hombres de Puntilla para hacer negocios de narcotráfico.
Sin duda, algo extraño y muy preocupante ocurre en el caso de Pachón, señalado nada menos que de ser el jefe de la banda criminal conocida como los Puntilleros, considerada la segunda bacrim más importantes después del Clan del Golfo.
Además de su insólita puesta en libertad, en los últimos meses algo similar ha venido ocurriendo con algunos de los hombres que conforman su aparato sicarial, capturados en diferentes operaciones durante el año pasado. Uno de los casos más recientes tiene que ver justamente con Ómar, el coordinador de asesinos del que alias Gorgojo delató sus crímenes con lujo de detalles. A pesar de ese y otros contundentes testimonios y pruebas, extrañamente la Fiscalía nunca imputó ni llevó a juicio a varios de esos sicarios. Por el contrario, en algunos casos el delito de asesinato, por el que fueron capturados en su momento, les fue cambiado por el de porte ilegal de armas, con lo cual salieron de la cárcel. Hoy Puntilla y parte de sus secuaces están libres y de regreso a sus actividades ilegales. Algo huele muy mal en este caso.