El Defensor del Pueblo se permite informar a la opinión pública y a los medios de comunicación que:
1. El día de ayer, viernes 11 de mayo, la Defensoría del Pueblo fue objeto de una amenaza explícita en su sede ubicada en la ciudad de Buenaventura, mediante una bala que fue arrojada al interior de la sede después de finalizada la jornada laboral.
2. Esta acción de amedrentamiento se presenta una semana después de que una misión humanitaria de la Defensoría del Pueblo fue interceptada en el Río Naya para secuestrar al señor Iber Angulo Zamora, quien estaba siendo protegido por la misión.
3. Ambos hechos, además de constituir una afrenta a la vida e integridad de los funcionarios de la Defensoría del Pueblo, son graves e inadmisibles infracciones al Derecho Internacional Humanitario, que deben ser rechazadas enérgicamente por todas las autoridades estatales, la comunidad internacional y la sociedad en general.
4. La Defensoría del Pueblo confía en que se adelantarán todas las acciones para el esclarecimiento de estos hechos, así como para la prevención de futuras agresiones e intimidaciones contra la institución nacional de derechos humanos de Colombia.
5. Ninguna acción violenta o amenaza detendrá la misión humanitaria que adelanta la Defensoría del Pueblo para velar por la promoción, divulgación y ejercicio de los derechos humanos en Colombia.
1. El día de ayer, viernes 11 de mayo, la Defensoría del Pueblo fue objeto de una amenaza explícita en su sede ubicada en la ciudad de Buenaventura, mediante una bala que fue arrojada al interior de la sede después de finalizada la jornada laboral.
2. Esta acción de amedrentamiento se presenta una semana después de que una misión humanitaria de la Defensoría del Pueblo fue interceptada en el Río Naya para secuestrar al señor Iber Angulo Zamora, quien estaba siendo protegido por la misión.
3. Ambos hechos, además de constituir una afrenta a la vida e integridad de los funcionarios de la Defensoría del Pueblo, son graves e inadmisibles infracciones al Derecho Internacional Humanitario, que deben ser rechazadas enérgicamente por todas las autoridades estatales, la comunidad internacional y la sociedad en general.
4. La Defensoría del Pueblo confía en que se adelantarán todas las acciones para el esclarecimiento de estos hechos, así como para la prevención de futuras agresiones e intimidaciones contra la institución nacional de derechos humanos de Colombia.
5. Ninguna acción violenta o amenaza detendrá la misión humanitaria que adelanta la Defensoría del Pueblo para velar por la promoción, divulgación y ejercicio de los derechos humanos en Colombia.