El desprestigio de la clase política, la crisis de los partidos tradicionales y el fin de 52 años de confrontaciones con las Farc, han llevado a la arena política a un puñado de personalidades que el país nunca llegó a imaginar que entraría en esas ligas. Las elecciones del 2018 incluyen una baraja de noveles aspirantes entre los que hay excombatientes, exministros, exalcaldes, exfiscales y exprocuradores.
Ahora que se cierra un ciclo de negociación de paz, las Farc se le miden por la vía legal a dar la pelea por el electorado. A la carrera llegaron pidiendo pista desde La Habana. Por eso, aunque el antiguo grupo guerrillero tiene asegurado 10 curules en el Congreso, no dejarán pasar la oportunidad de medirse el pulso en las urnas y con ello la posibilidad de conquistar una silla extra en el Senado.
Pero antes de que eso suceda, tendrán que seguir los conductos regulares a los que se somete todo naciente movimiento. Con logo, nombre, estatuto y programas definidos la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común espera que el Consejo Nacional Electoral (CNE) les dé vía jurídica para terminar de cimentar las bases del partido de las Farc. Pero aunque todo está por hacer, los dirigentes de la nueva organización ya empezaron a enarbolar una de las banderas de la campaña electoral que se definirá el próximo año: la corrupción.
Sin el argumento de la seguridad que por tantos años tiró línea en la contienda, el grupo de excombatientes se prendió de la contaminación que permea las instituciones del Estado para dar sus primeras puntadas que perfilan los ejes temáticos en su tránsito a la política sin armas.
"La corrupción de algunos magistrados y políticos no es nada nuevo. Viene de décadas y es favorecida por la impunidad y complicidad criminal", opinó Iván Márquez a través de su cuenta de Twitter. Ahora que la implementación se trasladó a territorio colombiano, los discursos de los exjefes guerrilleros se comienzan a alinear con la agenda noticiosa diaria.
No es para menos, después de los escándalos de la financiación de las campañas presidenciales por la constructora brasileña Odebrecht, los sobreprecios y demoras en proyectos claves como el túnel de la Línea, Reficar y el carrusel de la contratación en Bogotá, muchos ciudadanos exigen mano dura y decisiones efectivas que ayuden a evitar la corrupción y castiguen ejemplarmente a quienes la comenten.
Por eso es que echando mano del convulsionado escenario político, miembros de la dirección nacional del nuevo partido de las Farc no perdonan oportunidad para referirse al tema.
Las interceptaciones de Estados Unidos al exjefe de la Unidad Anticorrupción, Gustavo Moreno; al abogado Leonardo Pinilla y el exgobernador Alejandro Lyons, dejaron al descubierto presuntos pagos para frenar procesos en la Corte Suprema de Justicia, y abrieron un nuevo capítulo de discusión que marcará la contienda electoral.
En los comienzos de una nueva campaña electoral, es lógico que los aspirantes hagan propuestas sobre el tema. No solo porque son necesarias, sino porque con ellas marcan distancias frente a las detestadas prácticas corruptas y se posicionan como figuras de mano dura frente a este tipo de prácticas delictivas.
"Lo que está pasando hoy con la justicia colombiana, que apesta, justifica plenamente la puesta en marcha ya de la Jurisdicción Especial de Paz", dijo Márquez. Renglón seguido, condimentó la discusión que se vienen dando frente a los actores que tendrán que rendir cuentas en la justicia transicional que se ocupará de investigar y juzgar los delitos cometidos en el marco del conflicto. "Ojo. Que no se vayan a colar en la JEP tipos como (los magistrados) Bustos y Ricaurte provenientes de la jurisdicción de los negocios (ordinaria)", apuntó.
Aunque los demás exjefes guerrilleros, que en su momento conformaron el secretariado, no se han pronunciado con la misma intensidad al respecto, Márquez -aparentemente- empezó una cruzada contra la corrupción. Muchas cosas son las que permiten que eso sea así.
Además del evidente liderazgo que protagonizó durante la negociación del acuerdo de paz, el antiguo comandante del Bloque Caribe es una de las figura más conocidas de las Farc por la sociedad colombiana. Estuvo militando en la Unión Patriótica y fue representante a la Cámara por este movimiento político. Todo esto, de alguna forma, está facilitando su tránsito a la vida civil.
Pero en todo este camino los excombatientes tienen que dar una importante batalla: ganarse a la opinión pública y revertir su mala imagen. Es claro que no están solos y tienen capital político, pero en un escenario con tanta dispersión política y polarización, donde no son queridos, tendrán abrir el espectro y eso tomará tiempo. Hay temas difíciles de digerir y aunque si bien es cierto que se cambiaron las balas por los votos y se optó por la batalla de las ideas, muchos todavía ven escenarios incomprensibles.
Esa fue la sensación con la que se quedaron los usuarios en las redes sociales después de leer otro de los trinos del exjefe guerrillero. "Qué desgracia la de Colombia que ha tenido que soportar durante tantos años a una banda criminal de magistrados y políticos corruptos", dijo antes de que muchos le sacaran en cara el papel que todos estos años jugaron las Farc.
Pero sus críticas no pararon ahí. "Que el destituido fiscal anticorrupción cuente sobre los procesos que llevaba antes y después de su elección. Dejen hablar al Moreno", fue otro de los llamados que hizo el día que se lanzó el nuevo movimiento político. Muchas cosas han cambiado desde que la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común se presentó en sociedad. Después de haber cumplido con los plazos pactados de la implementación en materia concentración, dejación de armas y el inventario con el patrimonio, cogieron las críticas como un boomerang: "¿Dónde está la lista útil de los bienes de los investigados por corrupción en Odebrecht y Reficar?".
Rodrigo Granda también se paró en esa orilla. "Para quien existe en Colombia una impunidad de 90 %. El fiscal anticorrupción cobraba por no investigar y existe un senador intocable. Ud. puede hacer algo?", señaló. El conocido excanciller de las Farc, también viene aprovechando la tribuna de las redes social es para atizar el mal momento que pasa la Rama Judicial: "así funciona la justicia en Colombia: el que tiene plata compra jueces, magistrados y zares anti corrupción. Al país se lo llevó satanás", dijo después de leer que Manzur dice que Moreno le pidió 2.000 millones para "defenderlo".
Por su parte, Pastor Alape, durante el lanzamiento del partido, fue un poco más pragmático y señaló que la Farc tomará medidas para hacerle frente a la problemática. "En la lucha contra la corrupción vamos a trabajar para construir veeduría y fiscalización desde la ciudadanía", aseguró. En ese sentido, la exjefe guerrillera Victoria Sandino responsabilizó a la corrupción de que "en Colombia el progreso de las regiones se haya truncado".
Colombia es por estos días un país en campaña y las Farc apenas empiezan a ubicar sus fichas en el tablero. Todo está por definirse en mayo y junio del próximo año. En ese momento se sabrá si hay renovación de la clase política o si, por el contrario, los colombianos prefirieron a los malos conocidos y les cierran la puerta a las otras opciones que hay por conocer.
Ahora que se cierra un ciclo de negociación de paz, las Farc se le miden por la vía legal a dar la pelea por el electorado. A la carrera llegaron pidiendo pista desde La Habana. Por eso, aunque el antiguo grupo guerrillero tiene asegurado 10 curules en el Congreso, no dejarán pasar la oportunidad de medirse el pulso en las urnas y con ello la posibilidad de conquistar una silla extra en el Senado.
Pero antes de que eso suceda, tendrán que seguir los conductos regulares a los que se somete todo naciente movimiento. Con logo, nombre, estatuto y programas definidos la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común espera que el Consejo Nacional Electoral (CNE) les dé vía jurídica para terminar de cimentar las bases del partido de las Farc. Pero aunque todo está por hacer, los dirigentes de la nueva organización ya empezaron a enarbolar una de las banderas de la campaña electoral que se definirá el próximo año: la corrupción.
Sin el argumento de la seguridad que por tantos años tiró línea en la contienda, el grupo de excombatientes se prendió de la contaminación que permea las instituciones del Estado para dar sus primeras puntadas que perfilan los ejes temáticos en su tránsito a la política sin armas.
"La corrupción de algunos magistrados y políticos no es nada nuevo. Viene de décadas y es favorecida por la impunidad y complicidad criminal", opinó Iván Márquez a través de su cuenta de Twitter. Ahora que la implementación se trasladó a territorio colombiano, los discursos de los exjefes guerrilleros se comienzan a alinear con la agenda noticiosa diaria.
No es para menos, después de los escándalos de la financiación de las campañas presidenciales por la constructora brasileña Odebrecht, los sobreprecios y demoras en proyectos claves como el túnel de la Línea, Reficar y el carrusel de la contratación en Bogotá, muchos ciudadanos exigen mano dura y decisiones efectivas que ayuden a evitar la corrupción y castiguen ejemplarmente a quienes la comenten.
Por eso es que echando mano del convulsionado escenario político, miembros de la dirección nacional del nuevo partido de las Farc no perdonan oportunidad para referirse al tema.
Las interceptaciones de Estados Unidos al exjefe de la Unidad Anticorrupción, Gustavo Moreno; al abogado Leonardo Pinilla y el exgobernador Alejandro Lyons, dejaron al descubierto presuntos pagos para frenar procesos en la Corte Suprema de Justicia, y abrieron un nuevo capítulo de discusión que marcará la contienda electoral.
En los comienzos de una nueva campaña electoral, es lógico que los aspirantes hagan propuestas sobre el tema. No solo porque son necesarias, sino porque con ellas marcan distancias frente a las detestadas prácticas corruptas y se posicionan como figuras de mano dura frente a este tipo de prácticas delictivas.
"Lo que está pasando hoy con la justicia colombiana, que apesta, justifica plenamente la puesta en marcha ya de la Jurisdicción Especial de Paz", dijo Márquez. Renglón seguido, condimentó la discusión que se vienen dando frente a los actores que tendrán que rendir cuentas en la justicia transicional que se ocupará de investigar y juzgar los delitos cometidos en el marco del conflicto. "Ojo. Que no se vayan a colar en la JEP tipos como (los magistrados) Bustos y Ricaurte provenientes de la jurisdicción de los negocios (ordinaria)", apuntó.
Aunque los demás exjefes guerrilleros, que en su momento conformaron el secretariado, no se han pronunciado con la misma intensidad al respecto, Márquez -aparentemente- empezó una cruzada contra la corrupción. Muchas cosas son las que permiten que eso sea así.
Además del evidente liderazgo que protagonizó durante la negociación del acuerdo de paz, el antiguo comandante del Bloque Caribe es una de las figura más conocidas de las Farc por la sociedad colombiana. Estuvo militando en la Unión Patriótica y fue representante a la Cámara por este movimiento político. Todo esto, de alguna forma, está facilitando su tránsito a la vida civil.
Pero en todo este camino los excombatientes tienen que dar una importante batalla: ganarse a la opinión pública y revertir su mala imagen. Es claro que no están solos y tienen capital político, pero en un escenario con tanta dispersión política y polarización, donde no son queridos, tendrán abrir el espectro y eso tomará tiempo. Hay temas difíciles de digerir y aunque si bien es cierto que se cambiaron las balas por los votos y se optó por la batalla de las ideas, muchos todavía ven escenarios incomprensibles.
Esa fue la sensación con la que se quedaron los usuarios en las redes sociales después de leer otro de los trinos del exjefe guerrillero. "Qué desgracia la de Colombia que ha tenido que soportar durante tantos años a una banda criminal de magistrados y políticos corruptos", dijo antes de que muchos le sacaran en cara el papel que todos estos años jugaron las Farc.
Pero sus críticas no pararon ahí. "Que el destituido fiscal anticorrupción cuente sobre los procesos que llevaba antes y después de su elección. Dejen hablar al Moreno", fue otro de los llamados que hizo el día que se lanzó el nuevo movimiento político. Muchas cosas han cambiado desde que la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común se presentó en sociedad. Después de haber cumplido con los plazos pactados de la implementación en materia concentración, dejación de armas y el inventario con el patrimonio, cogieron las críticas como un boomerang: "¿Dónde está la lista útil de los bienes de los investigados por corrupción en Odebrecht y Reficar?".
Rodrigo Granda también se paró en esa orilla. "Para quien existe en Colombia una impunidad de 90 %. El fiscal anticorrupción cobraba por no investigar y existe un senador intocable. Ud. puede hacer algo?", señaló. El conocido excanciller de las Farc, también viene aprovechando la tribuna de las redes social es para atizar el mal momento que pasa la Rama Judicial: "así funciona la justicia en Colombia: el que tiene plata compra jueces, magistrados y zares anti corrupción. Al país se lo llevó satanás", dijo después de leer que Manzur dice que Moreno le pidió 2.000 millones para "defenderlo".
Por su parte, Pastor Alape, durante el lanzamiento del partido, fue un poco más pragmático y señaló que la Farc tomará medidas para hacerle frente a la problemática. "En la lucha contra la corrupción vamos a trabajar para construir veeduría y fiscalización desde la ciudadanía", aseguró. En ese sentido, la exjefe guerrillera Victoria Sandino responsabilizó a la corrupción de que "en Colombia el progreso de las regiones se haya truncado".
Colombia es por estos días un país en campaña y las Farc apenas empiezan a ubicar sus fichas en el tablero. Todo está por definirse en mayo y junio del próximo año. En ese momento se sabrá si hay renovación de la clase política o si, por el contrario, los colombianos prefirieron a los malos conocidos y les cierran la puerta a las otras opciones que hay por conocer.
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