Después de una audiencia extraordinaria que duró una semana y en la cual hablaron públicamente más de 150 mujeres sobre el abuso sexual al que dijeron haber sido sometidas por el doctor Lawrence Nassar, exencargado del equipo de gimnasia olímpica estadounidense, una jueza lo condenó a entre 40 y 175 años de prisión.
Enfrentaba una sentencia mínima de entre 25 y 40 años.
La jueza Rosemarie Aquilina, quien abrió el tribunal a todas las mujeres que quisieran encarar a Nassar y lo forzó a escucharlas, incluso cuando él pidió ya no hacerlo, le dictó la sentencia diciéndole: ““No has hecho nada para merecer de nueva cuenta dar un solo paso fuera de una prisión”.
“Es mi honor y privilegio poder condenarte”, dijo, y en referencia al tiempo que deberá pasar detrás de las rejas agregó: “Acabo de firmar tu sentencia de muerte”.
La jueza le dio la oportunidad de pronunciarse antes de dictar la condena y Nassar aprovechó para disculparse. Volteó a ver a algunas de las mujeres reunidas en el tribunal, a quienes les dijo: “Sus palabras en estos últimos días tuvieron un efecto significativo en mí y me han sacudido hasta la médula. Llevaré esas palabras conmigo por el resto de mis días”. Varias de las jóvenes en la corte lloraron mientras habló.
La monstruosa naturaleza sexual de los hombres y el escándalo
Justo antes de leer la condena, la jueza leyó en voz alta partes de una carta que Nassar había escrito la semana pasada quejándose del trato que recibió durante otro juicio, este por posesión de pornografía infantil, y acusando a quienes lo denunciaron como personas que solo querían la atención mediática y dinero. “El infierno no tiene tal furia como la de una mujer desdeñada”, escribió en la carta. Cuando la jueza leyó esa carta hubo un furor entre el público.
Y es que Nassar, de 54 años, está acusado de abusar sexualmente durante años de niñas tan jóvenes como de 6 años, varias de ellas gimnastas olímpicas, bajo la excusa de darles tratamiento médico. En noviembre se declaró culpable de haber abusado de siete mujeres y ya fue sentenciado a otros sesenta años de prisión por los cargos de pornografía infantil.
Sin embargo, el caso no ha terminado. El juicio despertó tal furor en el mundo de los deportes que llevó a la renuncia esta misma semana del director y varios integrantes de la junta del órgano rector de la gimnasia olímpica en Estados Unidos, USA Gymnastics. La semana pasada la organización también anunció que terminaría su alianza con el rancho Karolyi, el centro de entrenamiento en Texas donde se reúnen los equipos olímpicos de la disciplina y donde habrían ocurrido muchos de los abusos.
También hay llamados para que renuncie la presidenta de la Universidad Estatal de Michigan, donde Nassar pasó décadas como integrante del profesorado y como médico de los atletas y de los integrantes del equipo de gimnasia estadounidense. La asociación deportiva colegial de Estados Unidos (NCAA, por su sigla en inglés), abrió una investigación formal respecto a la conducta de la universidad el 23 de enero.
Asimismo, han sido presentadas varias demandas civiles contra Nassar, USA Gymnastics y la Universidad Estatal de Michigan.
La audiencia para la condena despertó mucha atención pues fue transmitida en vivo por internet, con todo y las impactantes declaraciones de las víctimas, que usualmente ayudan al juez a cargo a determinar la sentencia. Al principio habían pedido hablar poco más de ochenta de las jóvenes abusadas; para el final del periodo de audiencias, 156 víctimas, muchas de las cuales no habían denunciado públicamente lo sucedido, habían encarado a Nassar.
La jueza Aquilina se volvió una férrea defensora de las víctimas; cuando terminaban sus declaraciones las celebraba o consolaba. Las horas y horas de pronunciamientos públicos sobre lo que hizo Nassar se volvieron así una suerte de catarsis para las atletas.
Entre quienes han acusado a Nassar están las medallistas de oro olímpicas Aly Raisman, McKayla Maroney, Gabby Douglas, Jordyn Wieber y Simone Biles.
Las últimas tres víctimas dieron sus declaraciones el miércoles. Rachael Denhollander, quien fue de las primeras mujeres en denunciar públicamente a Nassar, fue la última en hablar. “Larry es el tipo más peligroso de abusador”, dijo, “pues es capaz de manipular a sus víctimas con métodos fríamente calculados para establecer vínculos, presentándose como la persona más íntegra y cariñosa de manera deliberada para que haya un flujo constante de menores de quienes puede abusar”.
Aquilina agradeció a Denhollander por haber contado su historia y que con ello haya promovido que tantas otras pudieran hacerlo. “Eres la persona más valiente que he tenido en este tribunal”, le dijo.
El testimonio de Raisman, dictado el pasado 19 de enero, también causó revuelo pues aprovechó la ocasión para denunciar también a los adultos en las asociaciones de gimnasia y el comité olímpico estadounidense por no haber actuado antes.
“Imagínate sentir como que no tienes poder ni voz”, dijo Raisman. “Pues, ¿sabes qué, Larry? Yo ya tengo poder y voz y apenas estoy empezando a usarlos. Todas estas mujeres valientes vamos a usar nuestras voces para asegurarse de que te toque lo que te mereces: una vida de sufrimiento que pasarás reviviendo todas las palabras que te dijo este poderoso grupo de sobrevivientes”.
“Este grupo de mujeres de quienes abusaste cruelmente durante tanto tiempo ahora son una fuerza y tú eres nada”, dijo quien tiene medallas de oro por las olimpiadas de Londres y de Río.
Maroney, otra de las atletas que lo acusó recientemente, dijo en una declaración escrita que leyó uno de los fiscales: “Me dijeron que confiara en él, que iba a tratar mis lesiones para que pudiera alcanzar mis sueños olímpicos”.
“Nassar me dijo que me iba a dar el ‘tratamiento médico necesario’ que le había dado a pacientes por más de treinta años”, agregó. “Pero Nassar no es un doctor. Es, era y siempre será un abusador de menores y un monstruo”.
Wieber también condenó en sus declaraciones a la asociación de gimnasia.
“Nadie nos protegió para que no se aprovecharan de nosotras. A nadie le preocupó nunca si éramos o no abusadas sexualmente”.
Tomado de: The New York Times
Enfrentaba una sentencia mínima de entre 25 y 40 años.
La jueza Rosemarie Aquilina, quien abrió el tribunal a todas las mujeres que quisieran encarar a Nassar y lo forzó a escucharlas, incluso cuando él pidió ya no hacerlo, le dictó la sentencia diciéndole: ““No has hecho nada para merecer de nueva cuenta dar un solo paso fuera de una prisión”.
“Es mi honor y privilegio poder condenarte”, dijo, y en referencia al tiempo que deberá pasar detrás de las rejas agregó: “Acabo de firmar tu sentencia de muerte”.
La jueza le dio la oportunidad de pronunciarse antes de dictar la condena y Nassar aprovechó para disculparse. Volteó a ver a algunas de las mujeres reunidas en el tribunal, a quienes les dijo: “Sus palabras en estos últimos días tuvieron un efecto significativo en mí y me han sacudido hasta la médula. Llevaré esas palabras conmigo por el resto de mis días”. Varias de las jóvenes en la corte lloraron mientras habló.
La monstruosa naturaleza sexual de los hombres y el escándalo
Justo antes de leer la condena, la jueza leyó en voz alta partes de una carta que Nassar había escrito la semana pasada quejándose del trato que recibió durante otro juicio, este por posesión de pornografía infantil, y acusando a quienes lo denunciaron como personas que solo querían la atención mediática y dinero. “El infierno no tiene tal furia como la de una mujer desdeñada”, escribió en la carta. Cuando la jueza leyó esa carta hubo un furor entre el público.
Y es que Nassar, de 54 años, está acusado de abusar sexualmente durante años de niñas tan jóvenes como de 6 años, varias de ellas gimnastas olímpicas, bajo la excusa de darles tratamiento médico. En noviembre se declaró culpable de haber abusado de siete mujeres y ya fue sentenciado a otros sesenta años de prisión por los cargos de pornografía infantil.
Sin embargo, el caso no ha terminado. El juicio despertó tal furor en el mundo de los deportes que llevó a la renuncia esta misma semana del director y varios integrantes de la junta del órgano rector de la gimnasia olímpica en Estados Unidos, USA Gymnastics. La semana pasada la organización también anunció que terminaría su alianza con el rancho Karolyi, el centro de entrenamiento en Texas donde se reúnen los equipos olímpicos de la disciplina y donde habrían ocurrido muchos de los abusos.
También hay llamados para que renuncie la presidenta de la Universidad Estatal de Michigan, donde Nassar pasó décadas como integrante del profesorado y como médico de los atletas y de los integrantes del equipo de gimnasia estadounidense. La asociación deportiva colegial de Estados Unidos (NCAA, por su sigla en inglés), abrió una investigación formal respecto a la conducta de la universidad el 23 de enero.
Asimismo, han sido presentadas varias demandas civiles contra Nassar, USA Gymnastics y la Universidad Estatal de Michigan.
La audiencia para la condena despertó mucha atención pues fue transmitida en vivo por internet, con todo y las impactantes declaraciones de las víctimas, que usualmente ayudan al juez a cargo a determinar la sentencia. Al principio habían pedido hablar poco más de ochenta de las jóvenes abusadas; para el final del periodo de audiencias, 156 víctimas, muchas de las cuales no habían denunciado públicamente lo sucedido, habían encarado a Nassar.
La jueza Aquilina se volvió una férrea defensora de las víctimas; cuando terminaban sus declaraciones las celebraba o consolaba. Las horas y horas de pronunciamientos públicos sobre lo que hizo Nassar se volvieron así una suerte de catarsis para las atletas.
Entre quienes han acusado a Nassar están las medallistas de oro olímpicas Aly Raisman, McKayla Maroney, Gabby Douglas, Jordyn Wieber y Simone Biles.
Las últimas tres víctimas dieron sus declaraciones el miércoles. Rachael Denhollander, quien fue de las primeras mujeres en denunciar públicamente a Nassar, fue la última en hablar. “Larry es el tipo más peligroso de abusador”, dijo, “pues es capaz de manipular a sus víctimas con métodos fríamente calculados para establecer vínculos, presentándose como la persona más íntegra y cariñosa de manera deliberada para que haya un flujo constante de menores de quienes puede abusar”.
Aquilina agradeció a Denhollander por haber contado su historia y que con ello haya promovido que tantas otras pudieran hacerlo. “Eres la persona más valiente que he tenido en este tribunal”, le dijo.
El testimonio de Raisman, dictado el pasado 19 de enero, también causó revuelo pues aprovechó la ocasión para denunciar también a los adultos en las asociaciones de gimnasia y el comité olímpico estadounidense por no haber actuado antes.
“Imagínate sentir como que no tienes poder ni voz”, dijo Raisman. “Pues, ¿sabes qué, Larry? Yo ya tengo poder y voz y apenas estoy empezando a usarlos. Todas estas mujeres valientes vamos a usar nuestras voces para asegurarse de que te toque lo que te mereces: una vida de sufrimiento que pasarás reviviendo todas las palabras que te dijo este poderoso grupo de sobrevivientes”.
“Este grupo de mujeres de quienes abusaste cruelmente durante tanto tiempo ahora son una fuerza y tú eres nada”, dijo quien tiene medallas de oro por las olimpiadas de Londres y de Río.
Maroney, otra de las atletas que lo acusó recientemente, dijo en una declaración escrita que leyó uno de los fiscales: “Me dijeron que confiara en él, que iba a tratar mis lesiones para que pudiera alcanzar mis sueños olímpicos”.
“Nassar me dijo que me iba a dar el ‘tratamiento médico necesario’ que le había dado a pacientes por más de treinta años”, agregó. “Pero Nassar no es un doctor. Es, era y siempre será un abusador de menores y un monstruo”.
Wieber también condenó en sus declaraciones a la asociación de gimnasia.
“Nadie nos protegió para que no se aprovecharan de nosotras. A nadie le preocupó nunca si éramos o no abusadas sexualmente”.
Tomado de: The New York Times
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