viernes, 19 de enero de 2018

LA TUTELA QUE LA HIJA DE BUSTOS LE GANÓ A PETRO


En medio del escándalo del carrusel de la toga se han hecho muchas afirmaciones de gravedad. La mayoría de estas tienen que ver con revelaciones sobre cómo operaba la red de corrupción al interior de ese alto tribunal que destapó con su testimonio el exfiscal Gustavo Moreno. Sin embargo, los tentáculos de ese episodio han ido mucho más allá y se han extendido al rol no solo de los togados sino de sus hijos.

Una de esas denuncias la hizo Gustavo Petro. En su cuenta de Twitter, el candidato aseguró que el contralor distrital Juan Carlos Granados había contratado a los hijos de Leonidas Bustos por más de mil millones de pesos. “Compró la impunidad”, aseguró refiriéndose a que el funcionario ha sido supuestamente mencionado en el escándalo de Odebrecht pero no le había pasado nada en ese frente.

La hija del exmagistrado, Ximena Bustos, interpuso una acción de tutela con el fin de proteger su derecho al buen nombre. La joven asegura que las afirmaciones que hace Petro son falsas pues ella sí tuvo vinculación con la Contraloría pero esa relación comenzó mucho antes de que Granados fuera nombrado en esa entidad. Aclara que se separó del cargo el pasado 22 de agosto de 2017.

Ante el juzgado, el organismo de control emitió los certificados que prueban que Ximena Bustos no ha tenido contratos sino que se desempeñó como subdirectora técnica, en un cargo de libre nombramiento y remoción.

Ximena Bustos explicó que lo dicho por Petro es “absolutamente falso como quedó ampliamente demostrado con las pruebas aportadas a la acción constitucional que formulé”.

Con base en esa información, el juzgado 71 civil de Bogotá asegura que Petro no tiene cómo sustentar lo que afirmó y por eso debe retractarse. “Lo dicho por el político carece de sustento, al punto que este ni siquiera dice en qué fuente se apoya, ni especifica en qué contrato millonario está involucrada la reclamante”. Agrega que los trinos fueron fruto de “una mera ligereza”.

El juez recuerda que la vitalidad de las redes sociales ha hecho que afirmaciones falsas se vuelvan masivas y que por cuenta de esto se habla hoy que el mundo vive en la era de la posverdad. Para él, “permitir que cualquiera diga de cualquiera lo que sea” sería asumir que el derecho al debido proceso está en vía de extinción.

En ese sentido, la justicia le ordena a Gustavo Petro rectificar sus afirmaciones sobre la hija de Bustos en un plazo de 48 horas. Agrega que debe hacerlo en la misma forma en que comenzó: con un trino.

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