Nunca antes en la historia en Estados Unidos se había consumido tanta cocaína como en el año 2017. El aumento en la demanda de esta droga, de acuerdo con la DEA, ha venido creciendo desde hace un par de años y estaría directamente relacionada con el aumento de cultivos de coca en Colombia.
“Estados Unidos puede esperar ver niveles crecientes de suministro y uso de cocaína, al menos hasta 2018. A medida que aumente el cultivo de coca y la producción de cocaína en Colombia, es probable que en los Estados Unidos sigan aumentando las muertes relacionadas con la cocaína, los nuevos consumidores, las incautaciones y los positivos en los lugares de trabajo”, dice el informe en el que se evalúan las tendencias de las drogas ilícitas en Estados Unidos.
La DEA hace especial énfasis en el aumento de la disponibilidad y uso de cocaína en Estados Unidos, que han venido en crecimiento desde el año 2015. El documento sugiere que el incremento en el consumo de cocaína en Estados Unidos está relacionado con el aumento de los cultivos de hoja de coca en Colombia en los últimos cuatro años.
“Este aumento se debe a los niveles elevados de cultivo de coca y la potencial producción de cocaína pura en Colombia, la principal fuente de cocaína incautada en los Estados Unidos, algo que puede indicar que hay más cocaína disponible para los traficantes que desean invertir en el mercado de cocaína de los Estados Unidos”, dice la DEA.
El tema de la coca es una de las prioridades para Trump. Una vez llegó a la presidencia de Estados Unidos, el magnate ha dejado claro que uno de sus intereses en las relaciones entre su país y Colombia es el de la reducción de los cultivos ilicitos, que en 2017 alcanzó la cifra récord de 188.000 hectáreas.
Un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos, específicamente la CIA, reveló que desde 2013 se ha duplicado el área cultivada de coca. El año pasado, esta misma entidad había situado los cultivos en 159.000 hectáreas. Un crecimiento del 39 por ciento respecto a 2014.
El informe de la DEA sugiere que este fenómeno se debe en parte a la decisión del Gobierno colombiano de no erradicar en zonas controladas por las Farc para no afectar las negociaciones de paz y también el haber privilegiado la erradicación manual sobre la aspersión aérea, algo que ya había dicho el departamento de Estado en marzo de este año. También señalan a algunos grupos de campesinos que han bloqueado los programas de erradicación manual en zonas cultivadas.
En el documento, la DEA también responsabilizó a las Farc de haber sido una de las razones del aumento en los cultivos, pues según la agencia durante los años en los que se negoció el acuerdo de paz, la guerrilla incentivó a los campesinos a sembrar más coca.
Y aunque el documento resalta que dentro del acuerdo de paz con la guerrilla se pactó el cese de toda participación de las Farc en el tráfico de droga, la DEA dice que el impacto de los acuerdos de paz en el negocio es aún "incierto".
“La implementación total llevará muchos años. Es probable que algunos excombatientes de las Farc continúen participando en el tráfico de drogas y otras actividades delictivas, pero el grado en que esto ocurra dependerá de la efectividad de la implementación del acuerdo de paz”, dice el informe.
Además, la agencia antidroga espera que para el final del 2017 el cultivo de coca en Colombia aumente por los grandes incentivos que tienen los cultivadores, algo que contrasta con lo dicho por el Alto Consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo, que se comprometió a llegar a la cifra de 50.000 hectáreas erradicadas.
Según la agencia, las ganancias promedio de los sembradores de coca aumentaron más de 120 por ciento entre 2012 y 2016. Según estimativos de la DEA, un cultivador se puede hacer al menos US$1.200 (3 millones de pesos) por una hectárea de coca cultivada, ganancias que proporcionan a los campesinos un fuerte incentivo para no dejar la siembra.
El informe de la DEA también revela que Colombia continúa siendo la fuente principal de la mayoría de cocaína que se consume en Estados Unidos y señala que en los últimos cuatro meses se han incrementado los cargamentos de droga colombiana hacia el país del norte. La razón de esto, según la agencia, es que las organizaciones criminales han intensificado el envío de droga ante el temor de que la implementación de los acuerdos de paz complicara el proceso de envío.
Este informe viene un mes después de la amenaza de una posible "descertificación" por parte de Estados Unidos a Colombia, debido al "extraordinario crecimiento del cultivo de coca y la producción de cocaína en los últimos 3 años". Un documento que no le sentara nada bien al presidente Juan Manuel Santos, quien en la reciente Asamblea General de la ONU reclamó, frente al tema de las drogas, responsabilidad compartida a los países consumidores.
Por ahora, el gobierno se ha comprometido a llegar a reducir la cifra de hectáreas cultivadas a 130.000 a final de año. Un esfuerzo que ya ha mostrado sus primeras dificultades como se evidenció en el municipio de Tumaco en los primeros días de octubre, cuando fueron asesinados seis campesinos en medio de la tensión entre quienes se oponen a la erradicación de los cultivos ilícitos y los que están a favor del mismo. Una discusión que está lejos de terminar.
“Estados Unidos puede esperar ver niveles crecientes de suministro y uso de cocaína, al menos hasta 2018. A medida que aumente el cultivo de coca y la producción de cocaína en Colombia, es probable que en los Estados Unidos sigan aumentando las muertes relacionadas con la cocaína, los nuevos consumidores, las incautaciones y los positivos en los lugares de trabajo”, dice el informe en el que se evalúan las tendencias de las drogas ilícitas en Estados Unidos.
La DEA hace especial énfasis en el aumento de la disponibilidad y uso de cocaína en Estados Unidos, que han venido en crecimiento desde el año 2015. El documento sugiere que el incremento en el consumo de cocaína en Estados Unidos está relacionado con el aumento de los cultivos de hoja de coca en Colombia en los últimos cuatro años.
“Este aumento se debe a los niveles elevados de cultivo de coca y la potencial producción de cocaína pura en Colombia, la principal fuente de cocaína incautada en los Estados Unidos, algo que puede indicar que hay más cocaína disponible para los traficantes que desean invertir en el mercado de cocaína de los Estados Unidos”, dice la DEA.
El tema de la coca es una de las prioridades para Trump. Una vez llegó a la presidencia de Estados Unidos, el magnate ha dejado claro que uno de sus intereses en las relaciones entre su país y Colombia es el de la reducción de los cultivos ilicitos, que en 2017 alcanzó la cifra récord de 188.000 hectáreas.
Un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos, específicamente la CIA, reveló que desde 2013 se ha duplicado el área cultivada de coca. El año pasado, esta misma entidad había situado los cultivos en 159.000 hectáreas. Un crecimiento del 39 por ciento respecto a 2014.
El informe de la DEA sugiere que este fenómeno se debe en parte a la decisión del Gobierno colombiano de no erradicar en zonas controladas por las Farc para no afectar las negociaciones de paz y también el haber privilegiado la erradicación manual sobre la aspersión aérea, algo que ya había dicho el departamento de Estado en marzo de este año. También señalan a algunos grupos de campesinos que han bloqueado los programas de erradicación manual en zonas cultivadas.
En el documento, la DEA también responsabilizó a las Farc de haber sido una de las razones del aumento en los cultivos, pues según la agencia durante los años en los que se negoció el acuerdo de paz, la guerrilla incentivó a los campesinos a sembrar más coca.
Y aunque el documento resalta que dentro del acuerdo de paz con la guerrilla se pactó el cese de toda participación de las Farc en el tráfico de droga, la DEA dice que el impacto de los acuerdos de paz en el negocio es aún "incierto".
“La implementación total llevará muchos años. Es probable que algunos excombatientes de las Farc continúen participando en el tráfico de drogas y otras actividades delictivas, pero el grado en que esto ocurra dependerá de la efectividad de la implementación del acuerdo de paz”, dice el informe.
Además, la agencia antidroga espera que para el final del 2017 el cultivo de coca en Colombia aumente por los grandes incentivos que tienen los cultivadores, algo que contrasta con lo dicho por el Alto Consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo, que se comprometió a llegar a la cifra de 50.000 hectáreas erradicadas.
Según la agencia, las ganancias promedio de los sembradores de coca aumentaron más de 120 por ciento entre 2012 y 2016. Según estimativos de la DEA, un cultivador se puede hacer al menos US$1.200 (3 millones de pesos) por una hectárea de coca cultivada, ganancias que proporcionan a los campesinos un fuerte incentivo para no dejar la siembra.
El informe de la DEA también revela que Colombia continúa siendo la fuente principal de la mayoría de cocaína que se consume en Estados Unidos y señala que en los últimos cuatro meses se han incrementado los cargamentos de droga colombiana hacia el país del norte. La razón de esto, según la agencia, es que las organizaciones criminales han intensificado el envío de droga ante el temor de que la implementación de los acuerdos de paz complicara el proceso de envío.
Este informe viene un mes después de la amenaza de una posible "descertificación" por parte de Estados Unidos a Colombia, debido al "extraordinario crecimiento del cultivo de coca y la producción de cocaína en los últimos 3 años". Un documento que no le sentara nada bien al presidente Juan Manuel Santos, quien en la reciente Asamblea General de la ONU reclamó, frente al tema de las drogas, responsabilidad compartida a los países consumidores.
Por ahora, el gobierno se ha comprometido a llegar a reducir la cifra de hectáreas cultivadas a 130.000 a final de año. Un esfuerzo que ya ha mostrado sus primeras dificultades como se evidenció en el municipio de Tumaco en los primeros días de octubre, cuando fueron asesinados seis campesinos en medio de la tensión entre quienes se oponen a la erradicación de los cultivos ilícitos y los que están a favor del mismo. Una discusión que está lejos de terminar.
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