Por determinación del Tribunal Superior de Bogotá, la condena contra Rafael Uribe Noguera –confeso asesino de la pequeña Yuliana Samboní Muñoz– ya no será de 51 años y 10 meses: debido a la gravedad de los hechos, el organismo incrementó a 58 años de cárcel la pena por el secuestro, violación y feminicidio de la niña, en hechos ocurridos en diciembre de 2016.
En opinión de la sala de decisión del Tribunal, Uribe Noguera no fue sancionado con el rigor necesario ante la gravedad de su conducta. Ya en marzo pasado, cuando el Juzgado 35 de Conocimiento de Bogotá fijó la condena inicial, ni para la Fiscalía ni para la familia de la víctima era suficiente.
“Estoy muy decepcionado, estábamos esperando que le dieran los 60 años. ¿Qué les tendrá que pasar a los niños para que la justicia imponga la pena máxima?”, manifestó en su momento Juvencio Samboní, padre de la pequeña.
En su fallo, el Tribunal también aumentó la multa contra Uribe Noguera a $1.600 millones. La sanción inicial también había sido cuestionada por la Fiscalía, teniendo en cuenta que al confeso asesino se le impuso una multa de 100 salarios mínimos (casi $70 millones), cuando en este caso –advertía el ente investigador en su momento– la multa debió haber alcanzado los 1.954 salarios mínimos (casi $1.300 millones).
A pesar de la atrocidad del crimen contra Yuliana, esta no es la condena más alta en cuanto a feminicidios y delitos contra niños. En 2014, la Corte Suprema de Justicia confirmó la sentencia de 60 años de prisión contra el teniente del Ejército Raúl Muñoz Linares, quien en 2010 violó y asesinó a una menor de 14 años y, de paso, mató a sus dos hermanos, de 6 y 9. El caso ocurrió en zona rural de Tame (Arauca).
La investigación por el crimen de la menor comenzó cuando, el 4 de diciembre de 2016, la familia reportó la desaparición de la niña en el barrio Bosque Calderón, de donde fue raptada de la puerta de su casa por Rafael Uribe Noguera, quien se llevó a la niña en una camioneta gris. Posteriormente, la Policía de Chapinero comenzó a indagar sobre el paradero de la pequeña.
Inicialmente, el Gaula se comunica con Laura Arboleda, la persona que aparece como propietaria de la camioneta DBO960. Le informan que el vehículo es buscado en una investigación por el secuestro de una niña y de inmediato, pone en contacto a las autoridades con su esposo Francisco Uribe Noguera, abogado de la firma Brigard & Urrutia y hermano de Rafael Uribe.
En este punto, entran en escena los hermanos Uribe Noguera, Francisco y Catalina, quienes según las autoridades habrían tratado de encubrir a Rafael; sin embargo y pese a las maniobras dilatorias, fue detenido el 05 de diciembre de 2016 en la Clínica Navarra ubicada en el norte de Bogotá.
Por el feminicidio, Uribe Noguera seguirá privado de su libertad en una celda de aislamiento por casi seis décadas en la unidad de tratamiento especial de la cárcel La Picota donde se encuentra desde el 7 de diciembre.
En opinión de la sala de decisión del Tribunal, Uribe Noguera no fue sancionado con el rigor necesario ante la gravedad de su conducta. Ya en marzo pasado, cuando el Juzgado 35 de Conocimiento de Bogotá fijó la condena inicial, ni para la Fiscalía ni para la familia de la víctima era suficiente.
“Estoy muy decepcionado, estábamos esperando que le dieran los 60 años. ¿Qué les tendrá que pasar a los niños para que la justicia imponga la pena máxima?”, manifestó en su momento Juvencio Samboní, padre de la pequeña.
En su fallo, el Tribunal también aumentó la multa contra Uribe Noguera a $1.600 millones. La sanción inicial también había sido cuestionada por la Fiscalía, teniendo en cuenta que al confeso asesino se le impuso una multa de 100 salarios mínimos (casi $70 millones), cuando en este caso –advertía el ente investigador en su momento– la multa debió haber alcanzado los 1.954 salarios mínimos (casi $1.300 millones).
A pesar de la atrocidad del crimen contra Yuliana, esta no es la condena más alta en cuanto a feminicidios y delitos contra niños. En 2014, la Corte Suprema de Justicia confirmó la sentencia de 60 años de prisión contra el teniente del Ejército Raúl Muñoz Linares, quien en 2010 violó y asesinó a una menor de 14 años y, de paso, mató a sus dos hermanos, de 6 y 9. El caso ocurrió en zona rural de Tame (Arauca).
La investigación por el crimen de la menor comenzó cuando, el 4 de diciembre de 2016, la familia reportó la desaparición de la niña en el barrio Bosque Calderón, de donde fue raptada de la puerta de su casa por Rafael Uribe Noguera, quien se llevó a la niña en una camioneta gris. Posteriormente, la Policía de Chapinero comenzó a indagar sobre el paradero de la pequeña.
Inicialmente, el Gaula se comunica con Laura Arboleda, la persona que aparece como propietaria de la camioneta DBO960. Le informan que el vehículo es buscado en una investigación por el secuestro de una niña y de inmediato, pone en contacto a las autoridades con su esposo Francisco Uribe Noguera, abogado de la firma Brigard & Urrutia y hermano de Rafael Uribe.
En este punto, entran en escena los hermanos Uribe Noguera, Francisco y Catalina, quienes según las autoridades habrían tratado de encubrir a Rafael; sin embargo y pese a las maniobras dilatorias, fue detenido el 05 de diciembre de 2016 en la Clínica Navarra ubicada en el norte de Bogotá.
Por el feminicidio, Uribe Noguera seguirá privado de su libertad en una celda de aislamiento por casi seis décadas en la unidad de tratamiento especial de la cárcel La Picota donde se encuentra desde el 7 de diciembre.
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