El ministro del Interior Guillermo Rivera pareció agradecerle al cielo cuando la plenaria de la Cámara de Representantes aprobó la reforma política. Para el Gobierno era más que superar el segundo de cuatro debates. Era librarse de su más duro obstáculo. El proyecto, compromiso de los acuerdos de paz con las Farc, estuvo 52 días, once sesiones, unas de media noche, otras sin votos, en las manos de Rodrigo Lara. Este martes el presidente de la Cámara de Representantes la envió al Senado.
Lara se había opuesto públicamente a la reforma política, la cual bautizó como ley Cristo, y que redujo a “reforma electoral”, al señalar que buscaba cambiar las reglas del juego de las elecciones para favorecer -lo dijo con nombre propio- a Sergio Fajardo, Juan Fernando Cristo, el Polo y las Farc.
Entre otras, porque el proyecto de reforma política permite a los partidos grandes y pequeños hacer coaliciones para las próximas elecciones de Congreso. Esta norma, llevada del papel a la realidad, por ejemplo, habilitaría a que Sergio Fajardo, la Alianza Verde y el Polo Democrático presentaran listas conjuntas de candidatos a Senado, o que el Partido de la U y el Partido Liberal pudieran hacer lo propio. Lara, representando los intereses de Cambio Radical, no le gustaba la idea. Aquí perdió.
El presidente de la Cámara también fue férreo opositor de la idea de que se les entregara personería jurídica para presentar candidatos y recibir financiación estatal, a movimientos que acreditaran un mínimo de aproximadamente 7.000 afiliados, algo que se había acordado en La Habana. Lara, también señaló a las Farc y a Fajardo como algunos de los que se beneficiarían con esa norma. En esta, ganó. El artículo fue eliminado.
Tras superar el escollo que supuso la plenaria de la Cámara de Representantes, el ministro Rivera se mostró confiado en que antes del 30 de noviembre, fecha en la que termina el fast track, habrá reforma política. Eso no significa que en ese momento sea efectiva.
La reforma política, que establece algunas nuevas reglas para las elecciones del 2018, fue aprobada en la Cámara de Representantes a solo cuatro días de que, según la ley, comience el periodo electoral.
El próximo sábado 11 de noviembre, la Registraduría abre el periodo de inscripción de candidatos a las elecciones de Senado y Cámara (11 de marzo del 2018). Un mes después se cerrará la inscripción.
Ese mismo día, vence el término para inscribir comités promotores para recolección de firmas, y se suspende la incorporación de cédulas nuevas al censo electoral.
Y por si fuera poco, ese día empieza a regir en todo el país la ley de garantías, que prohíbe celebrar contratos o modificar la nómina en entidades públicas. En pocas palabras,. este sábado el país entra en modo electoral.
Eso significa que las nuevas disposiciones de la reforma política ya no alcanzan para estrenarse en las próximas elecciones, como había sido el objetivo del Gobierno. Pero al proyecto le faltan dos debates que serán aprobados ya cuando se ha abierto el registro de candidatos, que según la ley debe ser cuatro meses antes de las elecciones.
Sin embargo, el Gobierno insiste. El ministro Rivera señala que como se trata de una reforma constitucional tiene vigencia inmediata por lo que podría regir para las elecciones del año próximo. Eso significaría que habría candidatos que se inscribieron bajo unas reglas, y otros que lo harían con normas nuevas.
A la espera se encuentran aquellos que, como los anunciaron Fajardo, Claudia López y Jorge Robledo, quieren presentarse por coalición, o partidos como la U o el Liberal que también podrían recurrir a esta nueva disposición. Hasta el 11 de diciembre hay plazo para inscribir las listas al Congreso. Y en esa fecha el Gobierno espera que ya esté aprobada la reforma.
Lara se había opuesto públicamente a la reforma política, la cual bautizó como ley Cristo, y que redujo a “reforma electoral”, al señalar que buscaba cambiar las reglas del juego de las elecciones para favorecer -lo dijo con nombre propio- a Sergio Fajardo, Juan Fernando Cristo, el Polo y las Farc.
Entre otras, porque el proyecto de reforma política permite a los partidos grandes y pequeños hacer coaliciones para las próximas elecciones de Congreso. Esta norma, llevada del papel a la realidad, por ejemplo, habilitaría a que Sergio Fajardo, la Alianza Verde y el Polo Democrático presentaran listas conjuntas de candidatos a Senado, o que el Partido de la U y el Partido Liberal pudieran hacer lo propio. Lara, representando los intereses de Cambio Radical, no le gustaba la idea. Aquí perdió.
El presidente de la Cámara también fue férreo opositor de la idea de que se les entregara personería jurídica para presentar candidatos y recibir financiación estatal, a movimientos que acreditaran un mínimo de aproximadamente 7.000 afiliados, algo que se había acordado en La Habana. Lara, también señaló a las Farc y a Fajardo como algunos de los que se beneficiarían con esa norma. En esta, ganó. El artículo fue eliminado.
Tras superar el escollo que supuso la plenaria de la Cámara de Representantes, el ministro Rivera se mostró confiado en que antes del 30 de noviembre, fecha en la que termina el fast track, habrá reforma política. Eso no significa que en ese momento sea efectiva.
La reforma política, que establece algunas nuevas reglas para las elecciones del 2018, fue aprobada en la Cámara de Representantes a solo cuatro días de que, según la ley, comience el periodo electoral.
El próximo sábado 11 de noviembre, la Registraduría abre el periodo de inscripción de candidatos a las elecciones de Senado y Cámara (11 de marzo del 2018). Un mes después se cerrará la inscripción.
Ese mismo día, vence el término para inscribir comités promotores para recolección de firmas, y se suspende la incorporación de cédulas nuevas al censo electoral.
Y por si fuera poco, ese día empieza a regir en todo el país la ley de garantías, que prohíbe celebrar contratos o modificar la nómina en entidades públicas. En pocas palabras,. este sábado el país entra en modo electoral.
Eso significa que las nuevas disposiciones de la reforma política ya no alcanzan para estrenarse en las próximas elecciones, como había sido el objetivo del Gobierno. Pero al proyecto le faltan dos debates que serán aprobados ya cuando se ha abierto el registro de candidatos, que según la ley debe ser cuatro meses antes de las elecciones.
Sin embargo, el Gobierno insiste. El ministro Rivera señala que como se trata de una reforma constitucional tiene vigencia inmediata por lo que podría regir para las elecciones del año próximo. Eso significaría que habría candidatos que se inscribieron bajo unas reglas, y otros que lo harían con normas nuevas.
A la espera se encuentran aquellos que, como los anunciaron Fajardo, Claudia López y Jorge Robledo, quieren presentarse por coalición, o partidos como la U o el Liberal que también podrían recurrir a esta nueva disposición. Hasta el 11 de diciembre hay plazo para inscribir las listas al Congreso. Y en esa fecha el Gobierno espera que ya esté aprobada la reforma.
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