El esperado anuncio de la eliminación de aranceles a los productos de acero y aluminio que exporta Colombia al mercado de Estados Unidos nunca llegó. El gobierno de Donald Trump dijo este jueves en la mañana que seguirá cobrando tasas del 25 por ciento a los productos de acero y del 10 por ciento a los de aluminio procedentes de cualquier país del mundo.
De este cobro habían quedado excluidas tres regiones: la Unión Europea, México y Canadá, con las cuales el gobierno de Estados Unidos estaba renegociando el tema. Sin embargo, la decisión anunciada hoy pone en plena ejecución la proclama presidencial hecha por Trump el 8 de marzo pasado.
La noticia cae como un balde de agua fría para los gremios y empresarios colombianos que habían puesto sus esperanzas en las gestiones diplomáticas adelantadas en las últimas semanas por el gobierno para lograr que el país quedara exento de este cobro, e incluso las de empresas de Estados Unidos que compran productos colombianos y habían pedido al ejecutivo eliminar los cobros al país.
Entre los argumentos centrales está el hecho de que las ventas colombianas representan apenas el 0,5 por ciento del total de productos de acero y aluminio que importa Estados Unidos cada año. A esto se suma que Colombia ha sido por años el principal aliado en América Latina y que desde mayo de 2012 está vigente un Tratado de Libre Comercio que en principio plantea un trato preferencial.
Sin embargo, la Casa Blanca insistió en que los aranceles a estas importaciones tienen un carácter global y se adoptaron por razones de seguridad nacional.
Para la presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, María Claudia Lacouture, el país debe insistir en la vía diplomática para manejar este tema. “Colombia debe ser eximido de la medida de aranceles para el acero y el aluminio hacia Estados Unidos teniendo en cuenta que dichas exportaciones representan sólo el 0,5 por ciento del total importado por Estados Unidos, monto que no representa peligro para la seguridad nacional ni contra la generación de empleo en dicho sector. Es además, el principal aliado de Estados Unidos en América Latina”, dijo la ejecutiva.
En su opinión, el diálogo y la diplomacia comercial entre los dos gobiernos, “con el apoyo de los gremios y el sector empresarial, debe seguir para encontrar fórmulas alternativas para un acuerdo que satisfaga las necesidades de Estados Unidos y beneficie a los empresarios del sector en el país”.
Pero la preocupación no solo está en el bloqueo al ingreso de productos, también a la competencia que generarán los productos que no se vendan en Estados Unidos por estos mayores aranceles. Para el presidente de Analdex, Javier Díaz, si bien la afectación a las exportaciones colombianas en materia de exportaciones es pequeña, y alcanza los 55 millones de dólares al año, “el mayor riesgo es la llegada de productos a muy bajo precio” por eso señaló que ahora el papel de la Dian será clave para controlar estos productos y pedir la presentación de declaración anticipada.
En las últimas semanas el gobierno había aumentado su gestión diplomática e incluso la ministra de Comercio, María Lorena Gutiérrez, viajó a reunirse con altos funcionarios que manejan los temas de comercio dentro del gobierno estadounidense. El gobierno ha dicho que mantendrá su decisión de buscar acuerdos por la vía diplomática y descartó que se esté pensando en algún tipo de retaliación, como lo han pedido algunos empresarios y como lo han anunciado algunos países.
Tomada de: Semana
De este cobro habían quedado excluidas tres regiones: la Unión Europea, México y Canadá, con las cuales el gobierno de Estados Unidos estaba renegociando el tema. Sin embargo, la decisión anunciada hoy pone en plena ejecución la proclama presidencial hecha por Trump el 8 de marzo pasado.
La noticia cae como un balde de agua fría para los gremios y empresarios colombianos que habían puesto sus esperanzas en las gestiones diplomáticas adelantadas en las últimas semanas por el gobierno para lograr que el país quedara exento de este cobro, e incluso las de empresas de Estados Unidos que compran productos colombianos y habían pedido al ejecutivo eliminar los cobros al país.
Entre los argumentos centrales está el hecho de que las ventas colombianas representan apenas el 0,5 por ciento del total de productos de acero y aluminio que importa Estados Unidos cada año. A esto se suma que Colombia ha sido por años el principal aliado en América Latina y que desde mayo de 2012 está vigente un Tratado de Libre Comercio que en principio plantea un trato preferencial.
Sin embargo, la Casa Blanca insistió en que los aranceles a estas importaciones tienen un carácter global y se adoptaron por razones de seguridad nacional.
Para la presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, María Claudia Lacouture, el país debe insistir en la vía diplomática para manejar este tema. “Colombia debe ser eximido de la medida de aranceles para el acero y el aluminio hacia Estados Unidos teniendo en cuenta que dichas exportaciones representan sólo el 0,5 por ciento del total importado por Estados Unidos, monto que no representa peligro para la seguridad nacional ni contra la generación de empleo en dicho sector. Es además, el principal aliado de Estados Unidos en América Latina”, dijo la ejecutiva.
En su opinión, el diálogo y la diplomacia comercial entre los dos gobiernos, “con el apoyo de los gremios y el sector empresarial, debe seguir para encontrar fórmulas alternativas para un acuerdo que satisfaga las necesidades de Estados Unidos y beneficie a los empresarios del sector en el país”.
Pero la preocupación no solo está en el bloqueo al ingreso de productos, también a la competencia que generarán los productos que no se vendan en Estados Unidos por estos mayores aranceles. Para el presidente de Analdex, Javier Díaz, si bien la afectación a las exportaciones colombianas en materia de exportaciones es pequeña, y alcanza los 55 millones de dólares al año, “el mayor riesgo es la llegada de productos a muy bajo precio” por eso señaló que ahora el papel de la Dian será clave para controlar estos productos y pedir la presentación de declaración anticipada.
En las últimas semanas el gobierno había aumentado su gestión diplomática e incluso la ministra de Comercio, María Lorena Gutiérrez, viajó a reunirse con altos funcionarios que manejan los temas de comercio dentro del gobierno estadounidense. El gobierno ha dicho que mantendrá su decisión de buscar acuerdos por la vía diplomática y descartó que se esté pensando en algún tipo de retaliación, como lo han pedido algunos empresarios y como lo han anunciado algunos países.
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