lunes, 28 de agosto de 2017

MISTERIOS EN ROBO A CARROS DE VALORES


A plena luz del día y delante de la ciudadanía, en los meses recientes se han recrudecido los hurtos a carros transportadores de dinero. Un delito impune.

Como no había sucedido nunca, en julio los asaltantes de vehículos de transporte de valores hicieron su agosto. Durante el mes pasado cada cinco días en Bogotá y Cartagena fueron asaltados seis vehículos que llevaban en total más de $13 mil millones en efectivo para alimentar los cajeros automáticos de ambas ciudades. Lo misterioso del asunto es que en ninguno de los casos, en donde se investiga la supuesta complicidad de algunos empleados, miembros de la Fuerza Pública, presos y criminales a domicilio, no hay capturas y los nuevos ricos se pasean como Pedro por su casa por las calles, disfrutando del botín.

Lo evidente del asunto es que los propietarios de las empresas, originarios de Reino Unido, Estados Unidos, España y Francia, le apuntan a retirar sus inversiones porque dicen que con la inseguridad rampante no hay bolsillo que aguante tamaños hurtos. Entre tanto, sus representantes legales en Colombia no saben qué más hacer, excepto reunirse el miércoles con el fiscal Néstor Humberto Martínez para denunciar lo que ya tiene visos de una conducta sistemática.

Eran las tres de la tarde del pasado sábado 1° de julio. En el aeropuerto El Dorado, un avión de Latam procedente de Medellín descargó $4.000 millones de Bancolombia. De inmediato, personal de la aerolínea se los entregó a tres empleados de la compañía de seguridad privada. Diemer Chacón, Gustavo Rodríguez y Édgar Chillón recogieron el dinero en cuatro bolsas de $1.000 millones.

Según el registro de video y otros documentos conocidos por El Espectador, Chacón guardó la plata. Luego el vehículo de valores permaneció cargado en la plataforma y los tres fueron a tomar una gaseosa. Entre tanto, el conductor David Delgado, al notar que no ajustaron la cerradura electrónica del carro, extrajo el dinero de la bóveda del vehículo y la depositó detrás de la silla de la cabina.

Minutos después regresaron los custodios de hidratarse y emprendieron la ruta asignada para nutrir cajeros. Salieron del aeropuerto y a pocas cuadras el vehículo se desvió de su ruta hacia la carrera 99 con calle 24F, en Fontibón. Allí en una calle, bajo la sombra de un frondoso árbol, el vehículo con placas BNA 369 fue abandonado y los guardias se llevaron los $4.000 millones. El hecho fue denunciado ante la Policía y hoy está en investigación sin decisiones de fondo.

No habían pasado 24 horas del incidente cuando de nuevo otro vehículo de valores, esta vez de la compañía Prosegur, corrió la misma suerte. Hacia las 9 y 30 de la mañana de ese domingo, el carro transportador del dinero salió de las instalaciones de la compañía ubicadas en la zona industrial, por la avenida de las Américas de Bogotá, también con el propósito de alimentar varios cajeros.

Todo marchaba con normalidad hasta que en el sector de Lisboa, al norte de Bogotá, el vehículo fue interceptado por un taxi. La tripulación fue sometida con armas y el carro de valores apareció minutos después abandonado en una calle en mal estado del barrio Villa Cindy, en la localidad de Suba. Esta vez el hurto fue mayor: $5.650 millones en efectivo.

La indagación sobre el caso mostró que pese a las circunstancias el vehículo habría cambiado de la ruta asignada por la compañía. Ese día, el coronel Álex Hernández, comandante de la Policía de Suba, manifestó a los medios de comunicación que: “Estamos recopilando elementos y material de prueba con videos de las cámaras de seguridad para establecer la línea investigativa y resolver prontamente este evento”. Lo cierto es que un abogado conocedor del caso manifestó que casi dos meses después del incidente el caso está en indagación y no hay capturas.

Con dos historias como referente, El Espectador revisó episodios de robos de vehículos de transporte en el último cuatrienio con cifras inquietantes. Son 16 casos que afectan al menos a cinco compañías internacionales del sector, con hurtos de dinero en efectivo superiores a los $32 mil millones. Y una tendencia creciente en 2017 frente a los años anteriores. En este sentido la cifra llega a $13.500 millones.

Al respecto, este diario consultó a Natalia Gutiérrez, presidenta de Fedeseguridad, el gremio que reúne a 11 compañías del sector de la vigilancia y seguridad privada. “La situación es preocupante, tenemos reunión con el fiscal general la próxima semana. La Policía no ha contribuido mucho para controlar esta situación, por el contrario, todos los días nos retiran más los acompañamientos”.

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