NO TODOS SON “COLADOS”: FARC
Varios nombres que figuran en el listado de los 25 “colados”, son reclamados por la exguerrilla como parte de su organización. Según ellos, el Gobierno se contradice con personas a quienes las autoridades acusaron de pertenecer a las Farc.
Varios de los llamados “colados” en las listas que presentaron las Farc al Gobierno, para recibir los beneficios jurídicos que se pactaron en el Acuerdo de Paz, no son tan colados y algunos serán reclamados por la exguerrilla. Según le confirmó a este diario el abogado de presos políticos de la otrora insurgencia, John León, los siguientes nombres no solo son reconocidos por las Farc, sino que aparecen en las noticias judiciales que se registraron cuando las autoridades los capturaron como integrantes del grupo armado: Eduardo Cabrera, entonces señalado como el jefe financiero del Bloque Sur; Alejandro Camacho y Viviana López Calle, quienes tenían la función de proveer de intendencia y armamento a las Farc en Meta y Guaviare; y los acusados del atentado al exministro Fernando Londoño: Luis Alberto Mora Ramos y Wílmar Alejandro Tabares Marín, ambos reconocidos por la columna Teófilo Forero de las Farc, que comandó Óscar Montero, también conocido como El Paisa.
Cada caso tiene hechos particulares, pero en este momento los une un escollo: la batalla por el delito político y sus conexos (delitos relacionados con el conflicto armado): narcotráfico, secuestro, extorsión, homicidio, entre otros, para poder obtener la libertad condicionada y salir de las cárceles mientras aclaran su situación jurídica cuando entre en vigencia la jurisdicción especial de paz. Un round que se veía venir, sobre todo porque, como lo dice el abogado León, en Colombia son pocos los guerrilleros que durante la guerra fueron condenados sólo por rebelión.
“Los medios que hoy se escandalizan diciendo que las Farc están metiendo personas condenadas por narcotráfico en sus listados, son los que hace unos años, cada vez que había un parte militar, decían: capturado el cabecilla, financiero, encargado de llevar no sé cuántas toneladas (de cocaína) de Colombia a equis parte del mundo. Pero esos mismos son guerrilleros que hoy las Farc están reclamando”, explicó León.
Por eso, la pelea está centrada en los 1.500 presos que las Farc siguen reclamando y que, muchos, son del perfil de Eduardo Cabrera, conocido con el Cura, hermano del excomandante del desaparecido Bloque Sur, Fabián Ramírez. Al menos, así lo presentaron las autoridades a finales de noviembre de 2013, cuando Cabrera fue capturado en zona rural del municipio de Montañita (Caquetá). Entonces, la Sexta División del Ejército Nacional aseguró que el Cura se desempeñaba como enlace logístico y de narcotráfico del bloque sur de las Farc, comandando por su hermano José Benito Cabrera Cuevas (Fabián Ramírez), jefe de ese bloque”, se lee en la página oficial de la División y en los medios que replicaron la información.
Eduardo Cabrera está en la lista de 25 supuestos narcotraficantes que, según el alto comisionado de Paz, Rodrigo Rivera, no han sido certificados como integrantes de las Farc. Esto pese a que en septiembre de 2015, en medio de los diálogos de paz en La Habana, el mismo presidente Juan Manuel Santos emitió la resolución 030 con el fin de firmar la extradición del Cura, pero al mismo tiempo la aplazó hasta que se resolviera su situación jurídica en Colombia por su relación con las Farc. El hermano de Fabián Ramírez es solicitado por una Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York, acusado de ser el dueño de 91 kilos de cocaína incautados en aguas de Cartagena del Chairá (Caquetá).
Una realidad que se tendrá que probar o desvirtuar en los tribunales de la Justicia Especial para la Paz (JEP). Como dice León, la rebelión no era el delito más común por el que condenaban a los miembros del grupo político en armas y, por eso, de los 3.800 nombres de presos que las Farc entregaron, solo 300 fueron indultados; del resto, 500 están en la zona de reclusión transitoria en el municipio de Mesetas (Meta), esperando la libertad condicionada; 1.000 aún están en las cárceles y otros ya se mueven por el país con libertad condicionada, como gestores de paz.
Las Farc no han negado que puedan existir equivocaciones y explicó que han recorrido cárcel por cárcel para garantizar la transparencia del proceso. En ese sentido, aseguraron que expulsaron de sus listas a Alexánder Romero, alias Fercho, quien perteneció a la insurgencia del otrora frente 22, luego pagó algunos años de prisión y cuando quedó libre se dedicó a actividades ilícitas por su cuenta, dijo el abogado León. “Los hechos por los cuales se encuentra privado de la libertad el señor (Romero) no corresponden a hechos cometidos en razón de su participación con las Farc”, fue el comunicado de la vocería política del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc).
Las Farc también reclaman a dos exguerrilleros acusados de cometer el atentado contra el exministro Fernando Londoño. De acuerdo con León, “lo que tiene que ver con el caso Londoño es asumido por las Farc, por ende, los que se encuentran acusados por esos hechos serán necesariamente incluidos en los listados de la organización. Ese es justamente el criterio, claro está, con la voluntad de los implicados”.
Igualmente, explicó el abogado, hay personas que por el hecho de pertenecer a las Farc en su momento les achacaron delitos graves y por eso, sólo por el lado de los presos, 3.500 pasarían por la Justicia Especial para la Paz para esclarecer todas estas acusaciones, con el fin de hallar la verdad y condenar a los responsables o absolver a los inocentes.
“Las Farc más que nadie tienen claro que si se la jugaron para participar en política, no van a tirar sus aspiraciones a la basura con alguien que no perteneció a su organización. Van a reconocer todo lo que haya sucedido con ocasión del conflicto”, dijo León, y agregó que la exguerrilla va a expulsar a quien sea necesario para depurar sus listas.
Sin embargo, una cosa son los que se colaron por homónimos, otra los que expulsarían si se comprueba que los delitos que les endilgan no se cometieron en relación con el conflicto, y otra es la discusión de fondo por la gente que reconocen las Farc como parte de la antigua organización armada y que para el Gobierno son narcotraficantes.
Varios de los llamados “colados” en las listas que presentaron las Farc al Gobierno, para recibir los beneficios jurídicos que se pactaron en el Acuerdo de Paz, no son tan colados y algunos serán reclamados por la exguerrilla. Según le confirmó a este diario el abogado de presos políticos de la otrora insurgencia, John León, los siguientes nombres no solo son reconocidos por las Farc, sino que aparecen en las noticias judiciales que se registraron cuando las autoridades los capturaron como integrantes del grupo armado: Eduardo Cabrera, entonces señalado como el jefe financiero del Bloque Sur; Alejandro Camacho y Viviana López Calle, quienes tenían la función de proveer de intendencia y armamento a las Farc en Meta y Guaviare; y los acusados del atentado al exministro Fernando Londoño: Luis Alberto Mora Ramos y Wílmar Alejandro Tabares Marín, ambos reconocidos por la columna Teófilo Forero de las Farc, que comandó Óscar Montero, también conocido como El Paisa.
Cada caso tiene hechos particulares, pero en este momento los une un escollo: la batalla por el delito político y sus conexos (delitos relacionados con el conflicto armado): narcotráfico, secuestro, extorsión, homicidio, entre otros, para poder obtener la libertad condicionada y salir de las cárceles mientras aclaran su situación jurídica cuando entre en vigencia la jurisdicción especial de paz. Un round que se veía venir, sobre todo porque, como lo dice el abogado León, en Colombia son pocos los guerrilleros que durante la guerra fueron condenados sólo por rebelión.
“Los medios que hoy se escandalizan diciendo que las Farc están metiendo personas condenadas por narcotráfico en sus listados, son los que hace unos años, cada vez que había un parte militar, decían: capturado el cabecilla, financiero, encargado de llevar no sé cuántas toneladas (de cocaína) de Colombia a equis parte del mundo. Pero esos mismos son guerrilleros que hoy las Farc están reclamando”, explicó León.
Por eso, la pelea está centrada en los 1.500 presos que las Farc siguen reclamando y que, muchos, son del perfil de Eduardo Cabrera, conocido con el Cura, hermano del excomandante del desaparecido Bloque Sur, Fabián Ramírez. Al menos, así lo presentaron las autoridades a finales de noviembre de 2013, cuando Cabrera fue capturado en zona rural del municipio de Montañita (Caquetá). Entonces, la Sexta División del Ejército Nacional aseguró que el Cura se desempeñaba como enlace logístico y de narcotráfico del bloque sur de las Farc, comandando por su hermano José Benito Cabrera Cuevas (Fabián Ramírez), jefe de ese bloque”, se lee en la página oficial de la División y en los medios que replicaron la información.
Eduardo Cabrera está en la lista de 25 supuestos narcotraficantes que, según el alto comisionado de Paz, Rodrigo Rivera, no han sido certificados como integrantes de las Farc. Esto pese a que en septiembre de 2015, en medio de los diálogos de paz en La Habana, el mismo presidente Juan Manuel Santos emitió la resolución 030 con el fin de firmar la extradición del Cura, pero al mismo tiempo la aplazó hasta que se resolviera su situación jurídica en Colombia por su relación con las Farc. El hermano de Fabián Ramírez es solicitado por una Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York, acusado de ser el dueño de 91 kilos de cocaína incautados en aguas de Cartagena del Chairá (Caquetá).
Una realidad que se tendrá que probar o desvirtuar en los tribunales de la Justicia Especial para la Paz (JEP). Como dice León, la rebelión no era el delito más común por el que condenaban a los miembros del grupo político en armas y, por eso, de los 3.800 nombres de presos que las Farc entregaron, solo 300 fueron indultados; del resto, 500 están en la zona de reclusión transitoria en el municipio de Mesetas (Meta), esperando la libertad condicionada; 1.000 aún están en las cárceles y otros ya se mueven por el país con libertad condicionada, como gestores de paz.
Las Farc no han negado que puedan existir equivocaciones y explicó que han recorrido cárcel por cárcel para garantizar la transparencia del proceso. En ese sentido, aseguraron que expulsaron de sus listas a Alexánder Romero, alias Fercho, quien perteneció a la insurgencia del otrora frente 22, luego pagó algunos años de prisión y cuando quedó libre se dedicó a actividades ilícitas por su cuenta, dijo el abogado León. “Los hechos por los cuales se encuentra privado de la libertad el señor (Romero) no corresponden a hechos cometidos en razón de su participación con las Farc”, fue el comunicado de la vocería política del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc).
Las Farc también reclaman a dos exguerrilleros acusados de cometer el atentado contra el exministro Fernando Londoño. De acuerdo con León, “lo que tiene que ver con el caso Londoño es asumido por las Farc, por ende, los que se encuentran acusados por esos hechos serán necesariamente incluidos en los listados de la organización. Ese es justamente el criterio, claro está, con la voluntad de los implicados”.
Igualmente, explicó el abogado, hay personas que por el hecho de pertenecer a las Farc en su momento les achacaron delitos graves y por eso, sólo por el lado de los presos, 3.500 pasarían por la Justicia Especial para la Paz para esclarecer todas estas acusaciones, con el fin de hallar la verdad y condenar a los responsables o absolver a los inocentes.
“Las Farc más que nadie tienen claro que si se la jugaron para participar en política, no van a tirar sus aspiraciones a la basura con alguien que no perteneció a su organización. Van a reconocer todo lo que haya sucedido con ocasión del conflicto”, dijo León, y agregó que la exguerrilla va a expulsar a quien sea necesario para depurar sus listas.
Sin embargo, una cosa son los que se colaron por homónimos, otra los que expulsarían si se comprueba que los delitos que les endilgan no se cometieron en relación con el conflicto, y otra es la discusión de fondo por la gente que reconocen las Farc como parte de la antigua organización armada y que para el Gobierno son narcotraficantes.
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